||32||

1.3K 252 29
                                    



La música tranquila sonando de fondo mantenía en calma y en total concentración su mente y cuerpo, dejando de lado todas y cada una de las preocupaciones que azotaban su cuerpo. Y después de mucho tiempo sentirse en casa, sentirse él mismo después de tanto tiempo; ver los colores rojos y amarillos haciendo contraste en las paredes, las ventanas grandes, el olor inconfundible de su hogar le tranquilizaba en alma, sentir nuevamente el ambiente familiar era, sin duda, lo que necesitaba para soportar otro día más encerrado en ese enorme lugar.

— Tae dejá eso te puedes lastimar.— negó nuevamente a la advertencia de su padre, quien desde que llegó a visitarlos, no dejaba de prohibirle que dejara de limpiar las mesas o recoger los restos de comida sobre las mesas.

— No me haré daño papá, se muy bien como hacerlo.— respondió limpiando la mesa frente a él.

Estar embarazado no era un impedimento para limpiar y recoger las mesas si lo hacía lento y con cuidado.

— Aún así puedes hacerle daño al bebé.— negó no logrando evitar el sonrojo en sus mejillas al escuchar a su padre hablar de su bebé, si bien, fue algo complicado hacerse a la idea de que tenía alfa y que se casó, el saber que tenía un bebé en su vientre era lo suficiente para seguir viviendo cada día, para sonreír y buscarle lo bonito a todo lo sucedido. Especialmente sus padres que eran los más felices ser abuelos.

Les había encantado la noticia de ser abuelos, aunque no lo quisieron aceptar en su momento. Sus padres amaban ya al pequeño bebé que crecía en su vientre, tanto o igual que él, que el verlo haciendo las actividades pesadas de meses atrás les asustaba.

La ilusión de sus padres a ser abuelos se les vía en los ojos y en su forma de hablar de su pequeño bebé, los planes que tenían y los ahorros que estaban apartando para comprarle regalos una vez que naciera. Su corazón se revoloteaba ante la sola idea de cargarlo en sus brazos, de por fin conocerlo.

Una partecita de él, carne propia y tan pequeñito le asustaba un poco aunque quisiera ocultarlo.

— ¿Es verdad lo que dicen en las noticias? — alzó la mirada algo confundido a la pregunta de su padre dejando de limpiar la mesa frente a él.— ¿Es cierto que su empresa se dividió?

Notó curiosidad en la pregunta de su padre y no pudo colocarlo por ello, todo el mundo estaba al tanto de la situación y de lo que estaba ocurriendo con la empresa más importante del país, misma en qué la economía nacional dependía de ella.

— Eso parece.— respondió recordando la reunión que hubo en su casa días atrás en la que se reunieron los padres de Yoongi y Moonbyul para hablar de lo sucedido en la empresa. No entendió mucho sobre lo importante que fue esa decisión y las repercusiones que tendría en el futuro, pero si comprendió que era algo que ninguno de ellos se espero.

Fue inesperado para todos.

— Vi que el grupo Min, después de la división dejara de ser el más grande del país.. fue un golpe duro para ellos.— comentó su progenitor llevando consigo los trastos de la mesa a su lado.

No comprendía del todo la magnitud de lo sucedido en los negocios de la familia Min o lo que significa perder a las subsidiarias de la empresa, pero si podía concluir que fue un golpe demasiado duro y difícil de asimilar teniendo en cuenta que desde que esa empresa se fundó jamás se vivió algo así.

Yoongi y su familia aún no lograban asimilar todo, más aún que logró escuchar que tenían que conocer al nuevo presidente de la empresa que formarían con lo que les quedó de la misma, un presidente que nadie conocía, por ahora, y que los mantenía atormentando sus mentes.

MORDIDO POR ERROR♣ Yoontae♣Onde as histórias ganham vida. Descobre agora