PARTE 1: El pintor de espejismos

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Nota de la autora y breve introducción: ¡Hola de nuevo, lectores! Este nuevo proyecto significa algo muy importante para mí, pues es el comienzo de una nueva trilogía y el primer trabajo a largo plazo en el que me involucro luego de haber creado el mundo de Arlan. Este es el primer borrador, así que me encantaría que me hagan llegar todos sus comentarios, teorías, sugerencias, opiniones, correcciones... ¡todo! Trato de siempre estar atenta a mis notificaciones y de contestar los comentarios que me dejan por aquí en los capítulos. Les agradeceré mucho también que, si esta historia les gusta, la recomienden y la compartan, o que me dejen una notita en mi página de facebook, instagram o twitter (los enlaces podrán encontrarlos en mi perfil n.n).

La siguiente historia, y toda la trilogía en sí, está ligeramente inspirada en la cultura maya. Por cierto, y si bien creo que será en el segundo libro donde se verá un poco más de ello, en este ya hay ciertos elementos que me gustaría explicarles de forma muy breve antes de comenzar: 

La principal inspiración de esta trilogía es el mito de Los Dioses Gemelos. Si bien no es en absoluto necesario conocerlo para entender las novelas, quienes tengan curiosidad al respecto y quieran leer de qué trata, podrán encontrarlo en el Popol Vuh. No sé si cuenta como un retelling, pero ya me lo dirán aquellos que conozcan la historia conforme avancemos con la trilogía. Además, no considero que conocer el mito sea un spoiler.

El calendario de Iacos está basado de forma libre en el calendario maya: una forma de medir el tiempo era el Haab, un calendario con 18 meses de 20 días cada uno, y 5 días al finalizar el año. En el caso de esta novela, cada año se conforma de 9 meses con 40 días cada uno, divididos en 4 decenas, y los cinco días al finalizar el año.

También me gustaría aclarar que la palabra Ahaw, que podrán ver algunas veces a lo largo de la historia, proviene de la palabra maya utilizada para designar a sus reyes o gobernantes y significa "señor". No es una traducción literal, pues para los mayas esa palabra (al menos según lo que investigué) implica a todos los hombres de la familia real, y añadían algunas palabras más según de quién se tratase (reyes, príncipes, herederos al trono...). Aquí, para fines prácticos, no es así, y se utiliza en solitario como un sinónimo del "dios principal".

Sin más por el momento, espero que disfruten la lectura.

¡Bienvenidos a Iacos!

Un palacio de espejosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora