Ambos sufrimos

65 10 0
                                    

Pasaron tres días desde el accidente, y el día en que lo conocí.

Fui una cobarde. No regresé con ellos. Pudo más mi miedo y mi orgullo porqué el me rechazó ( eso según yo,porque lo más seguro era que todo fuera producto de mi imaginación).

Me quedé en casa con mi dolor. Me encerré por salud y paz mental o eso creía.

Lloré toda la noche del primer día.
Y sufrí con él los siguientes días.

Yo me veía muy mal cuando mi hermano regresó de su trabajo.
Yo había salido a comer algo y recogía mis trastes.
Estaba agotada, no había podido dormir bien, tenía pesadillas.

- No me gusta como te ves - dijo Héctor mientras se acercaba a mi- Si deseas tener una vida sexual con él,hazlo. Pero ten cuidado con sus intenciones.

- No se trata de eso.

-¿Entonces qué es?¿Que es de otro mundo?

- El me gusta mucho... No pensé las cosas y nosotros estuvimos juntos más porque yo lo convencí.

- A nadie lo obligan a nada - dijo mi hermano mientras me observaba.

Suspiré. Era mejor decirlo todo.

- Dudo que quiera tener algo conmigo - admiti.

- No lo sabrás si no lo intentas. Así parece que eres tú quien lo aleja. ¡Y una simple mocosa calenturienta!

No tenía el valor para ir a verlo.
Pero mi hermano tenía razón.

- No tengo el valor para verlo - confesé en voz alta.

- No te entiendo - dijo mi hermano antes de mirarme con decepción y salir.

¿Tan mal me veía?

Supongo que sí,muy mal.

Fui a mi habitación y me lance a mi cama, con algo de depresión.

No entendí nada de lo que dijo sobre esa "unión" porque en realidad yo estaba bien. Bueno,no tan bien.

Cerré los ojos recostada en mi cama, mientras suspiraba.
Los minutos transcurriendo con lentitud... Mire el reloj.
Tal vez era depresión.
Habían pasado veinte minutos desde que mi hermano salió.
Cerré los ojos y suspiré.

- ¡Con un carajo!- dijo mi hermano.

Abrí los ojos y vi a mi hermano agarrando a Kal por la ropa.

Me senté sin poder creer lo que veía.

- Ya está,hablaré con ella - dijo Kal.

- Si ella la sigue pasando mal te las verás conmigo - amenazó Héctor.

Nos dejó solos y eso empeoró mi mal humor.

- Te estoy lastimando, yo también estoy sufriendo - dijo Kal.

- No es justo,somos simples extraños que decidieron cruzar una línea que no desean invadir - dije molesta.

-¿Qué?

- No lo entenderías - dije sin verlo.

- Yo comprendo todo lo que sientes,toda la confusión.

- No. No eres como yo,ese es el problema.

Kal se sentó a mi lado y me abrazó.

- Me quedaré contigo, porque es mi deber. Porque yo quiero vivir contigo.

-¿Qué? ¡No,no,no! ¡Eso es una locura! -dije mientras me levantaba porque su abrazo era incómodo.

- Descubrí algo - dijo Kal con calma - es sobre los dos.

- No quiero que me digas cosas raras sobre ti.

- Nosotros somos más compatibles de lo que parece.

- No vas a hacer que yo te siga. No siento nada por ti.

- Yo se lo que sientes por mi - dijo Kal con tranquilidad.

Y me dejó callada. Porque sí, había sufrido por lo que le pasó.

Y sufría porque debía alejarme.

- Yo no quiero alejarme de ti -dijo Kal.

-¿Y que quieres de mi?

- Quiero saber si los dos podemos ser felices.

Sus palabras escondían algo de la verdad. Mi corazón sabía en el fondo que esperaba deshacerse de nuestra conexión inesperada. Y que se iría.

- Me dejarás - afirmé.

- No. Quiero saber si esa conexión es duradera o no.

-¿Y cómo lo harás?

- Nerek tiene una teoría. Dice que tú sangre se podría desaparecer de mi sistema en unos meses.

Mi cabeza comenzaba a doler.

- Bien. Te daré un año. Si en ese tiempo deseas irte... Lo aceptaré sin problemas.

- No puedo irme, te lo dije, siento tu dolor.

-¿En serio?¿Porque no viniste por mi?

- Es complicado.

- No quería que tú lo obligaras a algo que pudiera lastimarlo - dijo Nerek con enojo.

- Tenía que verla - dijo Kal.

- Y tu debes descansar - dijo Nerek enojado.

- ¡Ya me dejaste indefenso por suficiente tiempo!- gritó Kal y las ventanas temblaron.

- Tenía que detenerte. No podías venir con ella tan delicado.

-¿Así que lo drogaste para que no viniera a verme?- le dije a Nerek.

- Si. Estabas causándole dolor y el haría cualquier cosa por ti.

Recordé las palabras de Kal sobre qué el placer era la solución.

- No... Eso es demasiado. Creo que debemos poner límites - dije a los dos - no quiero nada que implique que yo sea la pareja de alguno.

-¡Ah,que desagradable!- dijo Nerek - para mí eres repulsiva.

- Ven conmigo - dijo Kal.

- Te propongo algo - dijo Nerek - si te quedas con mi hermano como su guía yo podría pagarte por estar con él.

-¿Eso tiene implicaciones físicas muy explícitas?- pregunté.

- No. Nada sexual. Solo ayúdalo a estar en tu planeta. Yo ya vi suficiente.

- Pero no voy a vivir con el - advertí.

- Eso significa que estaré contigo - dijo Kal - por favor.

- Me voy,tengo algo pendiente - dijo Nerek.

- Que bien - dije cansada.

- Puedo ayudarte con tu cansancio - dijo Kal.

Se acercó a mi y me puso nerviosa.

- Voy a relajar tu cuerpo - me susurró detrás de mí.

-¿Kal en qué estás pensando?

Mi Chico Extraterrestre Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora