Una estrella fugaz

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Miraba el cielo estrellado, mientras esperaba que regresará de lo que debía hacer. Estaba ansiosa por su declaración después de tanto tiempo, yo sentía que mi corazón estallaría en cualquier momento.
Habíamos sido amigos por cinco años y siempre le di señales de que me gustaba.

Me acomodé la playera de mi banda favorita, revise cada detalle de mi aspecto. Yo me sentía bien.
Carlos había insinuado que quería decirme algo, y se ponia nervioso.

No me gustaba usar maquillaje,pero la ocasión lo ameritaba.

Incluso me pinte los labios de rosa para que notara mis labios.

Mire hacia abajo, ya que estaba en una colina esperando a mi acompañante.

Y lo ví, hablaba con una rubia descarada,con ropa sugerente.

Ambos comenzaron a subir y se acercaron a mí.

- Margarita quiero presentarte a Mía.

- Un gusto - dijo con fastidio la rubia Mía.

- Oh... Carlos... Me dijiste...

- Lo siento, voy a regresar con ella, si quieres puedes venir con nosotros - dijo Carlos sonriendo.

La rubia lo miro feo.

¿Entonces qué era lo que quería decirme? ¿Era sobre ella?¿Estaba ciego Carlos?

- No gracias, un primo también anda por aquí... Le pediré que me lleve a casa - mentí dolida por Carlos.

Les di la espalda y camine para alejarme.

No le daría la satisfacción a la rubia oxigenada de verme llorando.

- Rita - dijo Carlos alcanzandome - te llevaré a casa.

- Estoy bien,ve con tu novia. Ella me odia.

- Toma - dijo entregándome dinero - ve en autobús.

- Debiste decirme que ella era tu motivo para estar aquí.

- No esperaba una pronta respuesta de ella - confesó.

-¿Que era lo que me dirías?- dije enojada.

- Era... Que yo le pedi  a Mía que fuera mi novia... Eres mi mejor amiga...

Golpe directo a la cara.

- Nos vemos - dije cortante.

Me alejé sin verlo,sin girar,sin siquiera pensar en regresar.

Dolía. Y dolía mucho.
Ahora todo tenía sentido para mí, de una manera algo cruel.

Por semanas me había comentado que había algo que quería decirle a una chica.
Y luego de la nada, me invitó a la lluvia de estrellas.
Acepte porque viajaría con el desde la media noche y regresaría por la mañana a casa. Carlos tenía una camioneta prestada por su padre.

Ahora las cosas habían cambiado.

Estaba a tres horas de la ciudad y dudaba mucho encontrar un autobús a las cuatro de la mañana.

Me aleje de las personas y me senté escondida en un árbol.

Traía mi celular,pero no había buena señal.

Carlos me gustaba mucho, y yo... Estúpidamente esperaba que él me dijera que yo también le gustaba.

Que idiota fui.

Mire al cielo, con la lluvia de estrellas en su punto culminante y pedí un deseo.

Deseaba encontrar a un chico que  me complaciera en todo.

Negué con la cabeza, ese deseo era absurdo.

A las cinco de la mañana ya estaba en la parada del autobús, alguien se apiadó de mí y me dejó en la misma.
Comenzaba a cabecear cuando escuché un silbido curioso.

Caminé hacia el origen de ese sonido y me detuve frente a una hierba alta.

Estaba algo oscuro, no vi nada.

-¿A quien buscas?- dijo alguien detrás.

Una voz de hombre,el cual me hizo saltar ya que no escuché cuándo se acercó.

-¿Pero que mier...?- dije mientras me giraba.

Se acercó a mi tan rápido que me asustó.

Me perdí en el color de sus ojos, los cuales brevemente se mostraban violeta.

Usaba una camisa blanca muy delgada y unos pantalones cortos igual blancos.

-¿Te parezco atractivo?

- Lo siento, yo... Me equivoqué - dije evadiendo al chico que era de mi estatura.

Caminé apresurada hasta la por parada del autobús y me senté inquieta, mientras apretaba mi bolso con nervios.

¿Qué demonios hacia ese chico ahí?
¿Alguien le hizo una broma y lo abandonó en medio de la nada?
¿O llegó con la lluvia de estrellas?

-¡Pero que idiotez!- dije de inmediato - eso es absurdo.

Descarté de inmediato ese fugaz pensamiento.
Era obvio que alguien lo dejo atrás.

O le rompieron el corazón como a mi.

Suspire.

La imagen de Carlos se me vino a la mente, con su cabello negro corto, sus ojos negros , su tez blanca y sus pecas.

Mi corazón me dolió un poco.

A lo lejos pude ver la luz del autobús.

- Me abandonaron sin nada, se llevaron mis cosas - dijo el chico.

-¿Cómo? ¿Qué demonios haces solo en la nada ?

- Soy Kal - dijo el chico - y no tengo cómo regresar.

Mi Chico Extraterrestre Where stories live. Discover now