Había momento dónde Adriel me cogía de la mano en la mesa para sentir que aún estaba conmigo, a su lado.
Poco a poco empezaba a recordar el motivo de todo esto, era irreal el hecho de tener a otra tres personas conmigo, cuando antes lo estaba sola.
-Debo admitir que para ser los hijos privilegiados de la ciudad, tiene un departamento del todo humilde. -Hablo André después de un rato.

-Bueno, supongo que no somos del todo privilegiados. -Ironizo Dorian a su lado mientras cogía trozos de queso.

André solo volteó a ver a su hermano, que él en acto de ayuda se aclaro la garganta.

-El último que se levante lava los trastes. -Exclamo él y para nuestra sorpresa Dorian y André fueron rápidos para mí.

-Suerte hermanita -Tiro de la silla antes de voltear hacia André -¿vamos?

-¿Vamos a dónde? Iros a la habitación -Señalo-a estudiar. -Termino amenazante.

Mi hermano alzó las manos en son de paz.

-Como digas.-Tan pronto que veo marcharse me cogió de la cintura para acercarme a él.

-¿Estás preparada para una dosis de trastes sucios? O la princesa teme a destruir su manicure -Ironizo. Le sonreí.

-para tu información señor Brown, está princesa si sabe lavar trastes. -Le contesta orgullosa con una sonrisa.

-Entonces enséñame que saben hacer esas manos -Se inclino un poco hacía antes de hablar -Aparte de ser buena en la cama.

Aunque yo perdí, Adriel no me iba dejar sola lavando los trastes, incluso no tardó en ayudarme.

Había momentos donde solo podía observarlo, reflexionando si aquello que había dicho Alan era verdad. Adriel había sido lo único bueno que me había sucedido en estos meses, no duda que después de esta tormenta, él iba estar ahí con una sombrilla y aunque más que la tormenta la destruya, a él nunca lo iba apartar de mi.

Nos veíamos a nosotros dos después de un rato de lavar los trates, sobre el pasillo hacia nuestra habitación, sin apartar nuestros labios del uno y del otro.

Sentía calidez en sus labios rojizos por sus lastimados, que todo lo que alguna vez Alan juraba decir de él, ahora no era nada.

No tardo en dejarse caer en la cama, pasionandome yo sobre él, deseando que esto no acabase. Pero de un momento Adriel decidió separarse.

-Se que esto va sonar raro pero, creo que tal vez sea el momento y el lugar. -Hizo una pausa observándome detenidamente-Yo... -parpadeo mordiéndose de nuevo su labio inferior. Mientras que algo en mi se removió. - no quiero apartarme de ti. -Dijo al fin, aunque por segundos dude en saber si era eso, este me seguía observando y por momentos sentí un sentimiento en sus ojos, tal vez ¿Tristeza?. Este inclino su cabeza sobre la mía, suspirando.
Levanté su rostro con una mano y lo detalle, como es que llegamos a este momento. Acaricie su rostro luego para robarle un beso, cada vez profundizando mis movimientos de mis labios.

Este dejo salir un suspiro luego de una sonrisa.

No dudo en cogerme del rostro para conectar nuestro labios, y con leves movimientos se dejó tirar hacia atrás para poder darse vuelta y ponerse encima.

Algo en mi interior se removió, en ese momento supe que Adriel no era un mal chico, que el no era ese chico con mal familia y que tal vez el merecía la verdad como yo la suya. Por qué él era mi chico.

Di un suspiro reconfortante antes de poder hablar.

-Mi padre maltrata a mi hermano. -Lance de pronto.

Amor Por Error ©Where stories live. Discover now