-3-

12.5K 606 811
                                    

-Pequeña gran mentirosa-

Seguía con las ganas de morir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Seguía con las ganas de morir.

—Bueno chicos pueden sentarse,  ya nos vamos —Mi novio con una mirada discreta me ínsito a seguirlo y quería hacerlo, después de todo era darle una mentira a él que ver  la cara a mi mejor amiga y obvio a la de su novio.

—Oh ¿tan rápido? Podrían quedarse un rato más, Adriel tiene que ir a buscar más tarde a su hermana así que pensé aprovecharlo la mayoría del día.

Así que el idiota también tiene una hermana, que gran ejemplo.

—Lo siento, pero tengo asuntos pendientes con mi papá en una medio hora , y no podré llevar a Dhara a su casa —sonrió carismático.

Oh si si buen plan.

—yo —intente hablar.

—No te preocupes, Adriel la llevara a casa.

Madre mía la que me parió.

Ya en estos casos mi pierna empezaba a tener un tic nervioso, cada vez volteaba hacia Adriel y el lo único que hacía era inmutarse, no quería verme la cara y ni yo a él.

—Tengo tarea que hacer  —Quise poner como excusa.

—Por dios Dhara si todavía falta unos días para entrar a instituto  —Empezó a reír y yo no le veía nada gracioso a mi situación.

Félix por otro lado empezó a sospechar en la situación donde estaba, sabía perfectamente que quería irme pero no sabía porque.

Era el único que notaba eso .

—Bueno, siéntense ustedes dos juntos y yo me siento con mi pequeña Dhara — Nat asintió felizmente jalando de su novio hacia donde estaba Félix sentado, el se hizo un espacio alado de mi novio que en un momento a otro ya estábamos sentados aún sin dirigirnos alguna palabra.

Sabía que trago de todo su enojo para no hacer una escena, después de todo el café era un lugar público y no quería manchar su apellido.

Por suerte Nat quedaba al frente mío y su novio entre de Félix y Oliver, no sabría como subir la mirada si me tocaba al frente de él.

—¿Ya han pedido?  —preguntó Nat con los ojos exaltados, me empalagaba tanta felicidad.

—no aun no.

Como si hayan escuchado sus palabras, una mesera se planta al frente de nosotros con una libreta y bolígrafo en la mano y una sonrisa apenada.

—Perdón por el retardo, ¿desean pedir?

Estaba tan concentrada en ignorar por completo al novio de amiga que ni siquiera me busque algo para beber.

—Si no te preocupes, yo solo quiero una limonada sin azúcar   —ordenó Nat.

Amor Por Error ©Where stories live. Discover now