¿Que pasaría si en una fiesta te acuestas con el novio de tu mejor amiga que también resulta ser mejor amigo de tu novio en la infancia?
No era sencillo responder.
Cada giro, caída, movimiento era algo primordial para que bailar se viera conciderad...
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—Hermoso ¿No? —Dijo Nat a mi lado mirándose a un espejo mientras admiraba sus nuevos lentes oscuros que recién compro.
Le asentí sabiendo que ni siquiera la miraba a ella, si no a los dos chicos al frente mío que estaban a metros de distancia de mi.
Adriel y Oliver.
Los dos pequeños martirios.
Oliver no había tardado en enterarse sobre la noticia que estaba en boca de todo el mundo, al igual que a mí, todos hablaban de él, haciendo de menos a su novia perfecta que todos creían.
Por qué claro, la pareja perfecta no sufría de problemas.
Obvio Oliver estaba furioso, o eso era aparentemente en los más de cien mensaje que me dejó en Instagram. Esta enojado y mucho o al menos era la razón por la cual ahora ni siquiera me dirija alguna mirada.
—Los compré antes de que el diseñador se lo diera a la mejor amiga de mi mamá, de todos modos no le quedaban tan bien como a mi. ¿No crees?
—Si...—Seguí observando mientras ellos reían alegremente.
Bajo su espejo de golpe mirando mi falta de importancia.
— Dhara, ¿Podrías aunque sea mirarme y no a tu ridículo novio?
—Ah si, lo siento es que aún no puedo creer que Adriel y Oliver se llevarán desde pequeños.
Resopló los labios volcando los ojos.
—Si lo sé, están igual como nosotras desde pequeñas, lastima que llegó Oliver y lo arruinó.
Está vez voltee a verla.
—No lo arruinó, siempre hemos sido así, de unidas.
Alzó las cejas con ironía.
—¿En serio? O no recuerdas como me excluías de la primaria porque era la única que no tenía novio aún.
—Por favor, éramos niñas yo que iba saber.
—No hablaré de esto ahora Dhara. —Negó cruzándose de brazos.
—Ya está, vámonos y dejemos que nuestros novios disfruten de su entrenamiento. —Me levanté para luego volver a sentarme por un jalón de ella.
—No Dhara Becker, te dije que nos iríamos después del entrenamiento de Adriel y de paso tal vez nos lleve a un cafetería cerca.
Si, si, olvidaba que Adriel ahora el chófer personal de Nat. Y ahora que recuerdo...
Mierda, no pedí permiso en la cafetería. Dalí me va matar, si no es que ya esta matándome en su mente
—Bien, pero de esto nos iremos. —Señale con ojos de amenaza a Nat.
—Ya te dije que si Dhara. —Bufo observando la cancha. La note distraída así que aproveche la distracción para sacar el móvil de mi mochila para rápidamente escribir un texto.
