The Sidonia's Last Stand... pt2

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Han pasado ya varias horas desde el comienzo de la batalla:

Los cañones de Kabi, tanto del protocolo AA como de los gardes, disparaban a toda velocidad, lo cual comenzó a agotar las municiones de manera alarmante. Enterprise por otro lado no sufría por eso, pero tampoco causaba un número de bajas significativas al enemigo (recuerden que los torpedos no sirven contra los enjambres)

Cientos de gauna caían cada segundo, pero parecía que por cada uno que eliminaban, dos más tomaban su lugar. La batalla no tenía fin, y lo peor de todo es que ahora la distancia entre ambos grupos era de 384,000 km (distancia entre la Tierra y la Luna), que podría considerarse significativa, pero no lo era, menos si se tomaba en cuenta la velocidad de los enemigos.

En el Sidonia todo era un completo caos del lado de los civiles: La gente había entrado en pánico total mientras corrían hacia las cápsulas de escape, lastimosamente, fueron creadas cuando la población de la nave era la cuarta parte de la actual (2,000,000 millones de personas actualmente). 

Muchos estaban desesperados por asegurar un lugar en dichas "mini arcas", incluso llegando a matar otras personas en el proceso al ser aplastadas por un tumulto de gente intentando entrar.

Por el lado militar, las cosas eran "un poco más llevaderas" todos corrían de un lado a otro mientras cargaban toda la munición en lo cañones AA que regresaban a la nave; otros estaban acondicionando de emergencia a todos los gardes modelo 18 que no habían sido desmantelados, para mandarlos al combate.

Mientras tanto en otra parte de la nave:

El jefe de ingeniería se quejaba mientras decía que la capitana estaba demente, mientras que su compañera lo instaba a seguir corriendo, puesto que la capitana les había ordenado preparar "El Cañón de Prometheus" en caso de ser necesario.

En el puente de mando del Sidonia:

La cosa estaba en un estado delicado: según los informes de la oficial de armas, todos los gardes habían vaciado el 75% de su munición y los cañones AA sólo estaban a un 10% de su capacidad. Una cosa era clara, y era que no ganarían esta batalla sin pagar un gran costo.

Kobayashi: Reporte de situación. ¿cuánta munición nos queda?

X: Ninguna, toda ha sido cargada y lanzada contra el enemigo. Lo que que queda está en los cañones de los pilotos o del fuselaje

Kobayshi: Cambia los cañones de la nave a modo Armagedón cuando agoten su munición.

X: Capitana, ¡Eso significaría perderlos para siempre!

Kobayashi: ¿Qué es más importante para ti? un arma desechable o la vida de dos millones de personas

X: Sí capitana...

Kobayashi: Yuhata, ve a la bóveda y reúne toda la información de la nave. La enviaremos al Enterprise si llega a terminar mal

Yuhata: ¡Sí capitana!

Mientras tanto en el Enterprise:

Nuestro protagonista se sentía francamente desesperado y exhausto, puesto que las oleadas de enemigos no tenían fin, y la cosa se jodía más si se sumaban los daños de la batalla anterior: sus radares eran inoperables casi en su totalidad y los escudos estaban al 25% de su capacidad por el tiempo en combate.

Bismarck estaba preocupada y lo mostraba, puesto que incluso comenzó a dar parte de su energía para que Enterprise no acabara desmayándose del cansancio, cosa que la hizo empezar a sudar por el esfuerzo. 

Bismarck: ¿Cuántos más quedan?-jadeando

Enterprise: ¡No lo sé!, ¡apenas y sé dónde diablos estamos entre todo el enjambre!-cansado y fastidiado

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