Todo en su mundo era trabajo, alguna salida de una noche con alguna mujer y de nuevo trabajo; un hombre con un gran ego y estricto al parecer, el lo llamaba ser profecional. A su edad había conseguido todo su éxito, bloqueando toda relación familiar...
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Taehyung comprendió a donde iba aquello, soltó una risa y continúo comiendo, era bueno iniciando una charla con interés, esa era su profesión. Taehyung pudo haber reído, si no se tratase de este tema.
– Mi familia me ama, sabe demostrarlo, no te preocupes por mí, tampoco te metas en asuntos privados – se limpió los labios mirando con seriedad a Jeon – aún que me tengas la suficiente confianza.
– Lo siento – murmuró notando el sombrío semblante del mayor, entendió que no era algo que de lo que Kim quisiese hablar, quizás había lucido entrometido.
Taehyung miro su plato un segundo y sin ningún tipo de reacción solo se puso de pie soltando la servilleta sobre la mesa.
Jungkook se puso alerta tras la acción. – ¿Terminó? ¿Lo hice enojar?
– No Jungkook, termina, tenemos trabajo en unas horas – dijo dirigiéndose al baño.
No le dirigió la mirada a Jeon, no podía notar si su rostro se veía enojado o solo tenía prisa. Jungkook prefirió solo mantener la distancia esta vez. – Bien...
Sentía que lo había arruinado.
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– Fue un gusto hacer tratos con usted señora Hong – reverencio Kim después de tomar las carpetas con las firmas y documentos que aseguraban el convenio.
– Igualmente Señor Kim – correspondió la mujer – Jungkook, un gusto también a ti, que joven tan inteligente.
– Un placer – agradeció con una reverencia y una sonrisa.
En esta ocasión Taehyung lo involucro más, tuvo parte de la palabra, incluso la señora Hong había mencionado varias veces de lo fascinada que estaba con el profesionalismo y la destreza de Jeon. Se sentía alegre, le había ido bien.
– Rápido, tenemos otra reunión – Subieron al auto y se pusieron marcha a prisas – Changmin dijo que hay un vendedor disponible, sería el primero en la zona.
– Claro – asintió, mirando su celular mientras tecleaba un mensaje para su amigo Jimin. Kim doblego los labios ante esto, sintiendo que no le había prestado atención.
Segundos después el celular sonó y Jungkook atendió de inmediato. – Haewon, estoy un poco ocupado – murmuró
– ¡Mamá está enojada, no has enviado ni una sola foto de tu viaje a Daejeon!
– En un momento, baja la voz – mirando nervioso a Kim– Haewon, dile a mamá y a papá que los extraño, los comunico cuando llegue al hotel.
– ¡Esta tu guapo jefe alado!
El sonido de la voz de la más joven sobrepasaba las bocinas del celular, provocando que Jungkook soltara una risa nerviosa por la alta probabilidad que había de que Kim haya escuchado.
