CAPÍTULO 9 - "PROMÉTEME QUE SERÁS FELIZ"

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Al día siguiente me levanté sintiéndome un poco rara, por primera vez en 7 meses había dormido de corrido. Y no sé si de debió a las copas que tome en la reunión, a todos los sentimientos que experimente anoche al reencontrarme con viejas amistades o a la charla que tuve con Marcos, la cosa es que me desperté porque mi alarma sonó. Al tomar mi celular para apagar la ruidosa alarma, me altere un poco al ver la hora, 09 de la mañana... voy tarde al trabajo. Pero volví a respirar relajada cuando mis ojos se desplazaron por la pantalla y leí Domingo.

Aunque inmediatamente recordé porque tengo una alarmar programada un domingo. Almuerzo familiar, mi madre me mata si no asisto. Debo admitir que por un tiempo no me obligaron a asistir pero después de 2 meses en completa depresión, mi madre se presento en mi departamento, me obligó a ducharme y me llevó a su casa donde estaban todos esperándonos... Ese día sonreí por primera vez desde que Marcos murió, y fue gracias a mis pequeños sobrinos Matt e Iris. Después sólo iba por ellos, los mellis me hacían olvidar por unas horas mi dolor.

Suspiro sonoramente, y después de quedarme unos minutos mirando el techo me levanto de mi cama para encerrarme en mi baño y toma una larga ducha. Después de bañarme me paro delante de mi armario para buscar que ponerme. Y sí que tengo mucha ropa negra. Instintivamente tomo una blusa negra y un jeans negro roto en las rodillas, me quedo unos segundos observando la ropa y las palabras de Marcos se reproducen en mi mente. "Frannie cuando te vistes con colores brillas". Sonrió con pesar y dejo la blusa negra para tomar una blusa de tiras de color amarillo que combino con el jeans negro. Me visto, maquillo y me recojo el cabello.

- Un paso a la vez, un paso a la vez. - Susurro mientras me miro al espejo.

Es algo raro verme con otro color que no sea el negro, pero una sonrisa se me dibuja en los labios al contemplar la blusa amarilla, es mi color favorito y a Marcos siempre le encantaba como me quedaba este color. El sonido de mi celular hace que aparté mis ojos de mi reflejo.

Mamá - (Audio 00:20)

"Hola mi solecito de otoño, ¿cómo estás?¿Qué tal la reunión de ayer? Espero que la hayas pasado bien mi solecito... ¡Hoy es domingo, almuerzo familiar! Te espero en casa, he hecho tu postre favorito... No me obligues a ir a buscarte. ¡Te amo Frannie!"

Francesca - (Audio 00:20)

"¡Hola mamá! Estoy bien, la reunión... amm, fue bien. Te cuento todo cuando vaya a casa, no tienes que venir a buscarme. Gracias por hacer mi postre favorito, lo necesito. Te amo mamá, nos vemos en un ratito".

Sonrío porque mi madre va a estar feliz de que le haya mandado un audio, siempre le respondo los mensajes escribiendo. Miro la hora son las 10:13, decido salir ya para la casa de mis padres, tomo mi bolso y antes de salir de mi departamento me quedo unos segundos esperando sentir su presencia o su olor, pero él no está. No ha aparecido desde que llegué al departamento y me fui a dormir con un "buenas noches Frannie" de su parte. Suspiro y salgo de mi casa, pasó por mi cafetería favorita, pido un café con leche de coco, sonrió esperando sentirlo a mi lado, pero el simplemente no aparece. Le doy un sorbo a mi café y camino a la parada del transporte público. 

Llegó a la casa de mis padres, subo los escalones de ladrillo rojizo y entró usando mis llaves. La casa siempre huele a comida, postres y un toque de jazmín, la fragancia favorita de mamá. No veo rastros de mis hermanos por lo que debo ser la primera en llegar, todo a mí alrededor está perfectamente ordenado y limpio... hasta que lleguen los terremotos Matt e Iris.

- ¡¿Cuáles de mis bebés llegó?! - Grita mi madre desde la cocina y sonrió. Soy la primera en llegar.

- Tu bebé pequeña. - Respondo mientras me dirijo a la cocina.

Después de ti (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora