Hotel Oblivion - Cinco Hargreeves y Tini Stoessel

🏨37- Las 7 estrellas

Cinco

¡Mierda!

El maldito kugelblitz  nos había alcanzado.

Intenté convencer a Martina de venir conmigo, de hacer un ultimo esfuerzo... pero fue en vano.

Ella se quedó junto a su amigo, me dijo que en todos estos años él jamás la abandonó y que su lugar estaba allí; junto a Gerard.

Corrí y entré junto al resto de mis hermanos hasta el otro lado del pasillo, era una replica del Hotel Oblivion, tal como Diego y Tini lo habían descrito.

No sabíamos exactamente que era lo que debíamos hacer, hasta que mi padre presionó una campanilla y el infierno se desató. Nos dividimos en tres grupos para poder derrotar a los tres guardianes, sí, los samurai que habían asesinado a Luther... era tiempo de vengar tu muerte mi querido hermano.

No era una pelea justa porque esos sujetos no eran humanos como nosotros, a demás de que estaban cubiertos con una armadura casi impenetrable... excepto en la espalda. Yo le clavé un achazo gracias a la ayuda de Sloane y Ben, quién se sacrificó muy valientemente a tal punto que casi no sobrevive.

Luego de eso volvimos al Lobby y allí estaban los demás, al parecer todos habíamos tenido éxito. Nos miramos unos a otros con gran incertidumbre, ¿Y ahora qué? Reflejaban nuestras cansadas miradas.

-¡Rápido! Parense en las estrellas -exclamó mi padre.

-¿Qué estrellas?- preguntó Klaus.

-Las que están en el suelo, ¡De prisa!

No entendía por qué tanto apuro, hasta que de pronto sentí un dolor insoportable en mi brazo izquierdo...

-¡Ahhh!- carajo... mi brazo, ya no estaba.

-¡Cinco!- gritaron mis hermanos casi al unísono.

Tomé el cinturón de mi pantalón y lo amarré a lo que quedaba de mi extremidad para evitar una perdida mayor de sangre. Me arrastré como pude hasta una de las estrellas, viendo al resto ubicados en su lugar a excepción de Allison.

¡Allison! Era ella, ella era la persona con la que mi padre estaba hablando anoche, al fin lo recordé.

Pero cuando quise abrir la boca para reclamarles algo... toda mi vitalidad fue absorbida casi por completo. Al igual que la de Viktor, Diego, Lila, Klaus, Ben y Sloane. Esa era la maquina de la que Martina me habló, ese era el motivo por el cual Reginald Hargreeves adoptó 7 niños desde un primer momento.

Él ya había intentado esto en otras ocasiones y siempre había fallado.
¿Qué tan desesperado estaría para intentarlo una vez más?
¿Qué conseguiría mi hermana con todo esto?
¿Por qué sentía que no iba a salir con vida de todo esto?

Ay Martina... agradezco tanto que no hayas cruzado esa puerta, no soportaría verte morir aquí junto a mi de esta manera.

-¡Los estás matando!- era la voz de Allison reclamandole a mi padre.

-No puedo detenerme ahora, solo faltan unos minutos.

Casi no podía ver nada, pero vislumbré una especie de máquina digital que mi padre manipulaba a toda prisa sin hacer caso a lo que sucedía a su alrededor.
Nos estaba matando y eso no parecía importarle, sentía que me quedaría sin aire en cualquier momento. Las piernas me temblaban y la puntada en mi brazo era cada vez peor, pero sin dudas lo que más me dolía era ver a mi familia siendo usada como baterias de control remoto.

Ahora entiendo porque ese hombre jamás mostró cariños hacia ninguno de nosotros.

-¡Tú me mataste!

Todos miramos sorprendidos, era Luther... bueno, su espectro traído a la vida por las pocas fuerzas que le quedaban a Klaus.

-¿Es eso cierto papá?- preguntó mi hermana.

-¡Era la unica manera de hacer que vinieran!

-¡Eres de lo peor! Nuestro trato termina aquí...

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¿Qué creen que pase?