11.- Sobrevivir

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— Yo no voy a dormir en una reja. —Daryl dejó caer sus cosas en el pasillo.

— De seguro ya has dormido en bastantes. —Rick soltó una risa.

— Mañana podríamos ir a buscar escobas y cosas de ése tipo. —me asomé por el barandal dirigiéndome a Rick que estaba en el primer piso sentado en el suelo— Es una prisión pero no tiene porque ser un cochinero.

— Eres más exigente de lo que pensaba. —bromeó.

— Y no la has visto en sus cumpleaños. —dijo Dixon— Me hacía comprar un pastel más grande que ella.

— Bueno, este año sólo te daremos una escoba y limpia pisos, ¿qué opinas?

— Me gustaría más una lata de pintura, pero está bien, lo tomo.

Regresé a mi celda y saqué las sábanas que habían ahí, olían a humedad y ya bastante tenía conmigo para olores feos. Con mi pie comencé a arrastrar la basura del piso fuera de la celda. La luz se bloqueó y vi a Sam a nada de entrar.

— No. —dije mientras me ponía frente a él evitándose el paso— No te puedes quedar aquí.

— No te puedes quedar sola.

— Sí que puedo. Fuera.

— ¿Es en serio?

— Tú y yo rompimos hace mucho. No quiero estar contigo más, se acabó. —por la escaleras ví a Carl, que iba subiendo y nos veía con atención— Ya fue suficiente, Sam. —giró la cabeza y vió Carl.

— ¿Es por él?

— Ya te dije que puedes pensar lo que quieras sobre nosotros, no es mi asunto.

— Bien, entendido. —dió la vuelta y lo observé caminar al final del pasillo, entrando a la celda que T-Dog había escogido.

—- Te prometo jamás ser un patán. —mencionó Carl acercándose— Porque no lo mereces, no es lo correcto y porque no podría vivir con ése rechazo. Casi le vuelas la cabeza con un bate.

— Se lo buscó, no tanto por decirme inútil. —me quité de la entrada dejándole pasar— Sino por hablar de mis papás.

— Entiendo, la familia es todo.

— Bueno, tampoco era el modelo de familia ejemplar en el barrio. Mamá salía con un hombre más joven, al que dejó cuándo papá volvió. —me encogí de hombros— Yo pasaba todo el tiempo en la iglesia junto a Sam porque nuestras mamás no tenían mucho tiempo para nosotros, eso ó estaba siempre molestando a Daryl. —solté un abrumador suspiro— No espero que Sam hablé de mí y de mi familia cómo lo ejemplar, cómo si nunca hubiéramos tenido problemas. Sólo que tampoco remarque nuestros errores cada vez que puede. En fin, ya hablé demasiado.

— No, no, no, no, no. Está todo bien me gusta cuando hablas, es cómo si no estuvieras ausente. Me ha costado mucho sacar tu lado social. —le sonreí de manera cálida, porque él era así, al menos conmigo

— Estoy cansada, Carl.

— Entiendo. Nos vemos mañana, descansa.

Me puse de pie y lo acompañé a la salida.

— Descansa. —con una mano lo tomé de la mejilla y le acerqué a mí, dándole un pequeño beso en la mejilla libre. Normalmente era él quien hacía eso, pero comenzaba a cansarme de ocultarle lo que sentía. Aún con la tenue luz que teníamos pude notar como se sonrojaba y me sonrió. En el pasillo, Daryl nos miraba, llevó ambos dedos a sus ojos y luego lo señaló a los que ambos reímos— ¿Seguro qué no vas a entrar?

— Ya te dije qué no voy a dormir en una celda.

— Cómo tú digas.

◇◇◇

— Mira lo que encontré. —Sam entró al bloque de celdas cargando una cubeta— Había escobas, trapeadores, peeeero no encontré limpia pisos o detergente.

— ¿Y cómo se supone que voy a trapear?, ¿sólo con agua?

— Oye, no te quejes. Es lo que hay. —Carol entró tras él riéndose por el comportamiento de ambos.

— Ya dime la verdad. —Beth, que estaba sentada a lado de mí me dió un codazo— ¿Con quién vas a quedarte?

— ¿Eh?, ¿de qué hablas?

— De Sam y Carl. —respondió cómo si fuera lo más obvio.

— Beth, ¿qué cosas dices? —solté una pequeña risa— Con ninguno. En el fin del mundo lo que menos me preocupa es tener novio.

— Pues es lo que más debería de preocuparte. —Carol tomó asiento a lado de nosotras— Si es el fin del mundo la raza humana puede extinguirse, así que cómo sobrevivientes nuestro deber es repoblar el mundo. —Beth estalló a carcajadas y yo me sonrojé.

— ¿Cómo puedes decirme eso? Sólo tengo trece.

— Cuando una especie se siente en peligro, suele aparearse antes de tiempo. —al escuchar eso, Beth estalló aún más en risas.

— Eso no es divertido. Es... asqueroso.

— Ya, ya, ya. Mejor responde lo que te preguntó. ¿Quién de los dos será el ganador?

La puerta del bloque se abrió, Rick entró gritando mientras cargaba a Hershel juntó a Glenn.

— ¡Papá!, —Beth se levantó y comenzó a llorar por verlo así— ¡Maggie!, ¿qué le pasó?

Carl abrió la reja dejando entrar a todos, Carol se puso de pie y corrió darle ayuda a Hershel.
Yo me quedé estática en mi mesa, aún en shock. Detrás de ellos, venían cinco hombres vestidos con el uniforme de la cárcel. Daryl recargó un pie en el asiento de la mesa dónde yo estaba y fue cómo pude reaccionar, les estaba apuntando.
Tres tenían facha de ser buenas personas, los otros dos daban miedo. Saqué la pistola de mi cinturón e imite a Dixon.

— ¿Quiénes son ellos?

— Ve adentro.

— No, ¿quiénes son ellos?

— Unos reclusos que encontramos allá.

— ¿Y Hershel?

— Lo mordieron, Rick tuvo que... Tenía que salvarle la vida.

— Dios, ¿cuándo vamos a parar?

— ¿Es tu hija? —preguntó uno con apariencia latina— Se parece a ti.

— No te importa. —contestó intimidante.

— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó el rubio.

— _______ Dixon. —ví la mirada de Daryl, un tanto confundida, incluso yo misma me sorprendí ante la respuesta— ¿Qué hicieron para terminar aquí?

— _______, entra. —Rick salió y se acercó a nosotros— Yo me quedaré con Daryl.

— ¿Estás seguro?

— Sí, puede que allá te necesiten.

— De acuerdo. —caminé hasta la reja y esperé a que Carl la cerrara.

— Así que ahora eres Dixon.

— Creo que la gente respeta más si ven que no estoy sola. —me encogí de hombros y caminé al bloque de Hershel.

Estaba esposado a la cama y Carol ya lo había auxiliado. Beth lloraba sobre la cama y le exigía a su padre despertar y no dejarla sola. Maggie lloraba contra el hombro de Glenn que miraba la escena aterrorizado, conectamos miradas y asintió con la cabeza.
Tomé asiento a lado de Beth y le acaricié el hombro.
Con todos mis fuerzas, deseaba que Hershel estuviera bien.

Estoy Sola. Carl Grimes. ||Chandler Riggs||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora