Cap 2

428 54 6
                                    

Formó una mueca de impotencia en su pequeño y
pálido rostro. ¿Cómo debía sentirse en ese
momento? ¿Feliz? ¿Triste? ¿Aliviado? ¿Enojado?
Desde que Jisung estaba tendido en aquella
camilla, sabía que existía la enorme posibilidad de
que él estuviese sufriendo al no poder despertar.

Había luchado día y noche contra sí mismo,
intentando autoconvencerse de que no era la
persona más malditamente egoísta del mundo por
retenerlo a su lado, después de todo, Jisung no
era el único que sufría estando en aquella situación,
Minho también compartía su dolor.

—No... —susurró él, dejando caer las dos bolsas que
traía consigo. El doctor Jung lo miró con empatía, lo
que hizo rabiar un poco más al rubio, ¡Él no podía
entenderlo! —No pueden hacerlo..... aún hay
esperanzas, él está vivo...

—Las posibilidades de que despierte son de una en
un millón, prácticamente inexistentes—contestó el
doctor, suspirando. Nunca se estaba completamente listo para dar ése tipo de noticias —Sus padres aceptaron desconectarlo.

—Joder... ¡Joder!— gritó al borde de las lágrimas. Su
voz sonaba tan desesperada, como si lo estuvieran
matando. Y era así, iba a perder a la persona que
más amaba en todo el mundo; sus promesas, sus
planes, todo le estaba siendo arrebatado.

A tropezones, corrió hasta Jisung, colocándose a
su lado.

—No puedes hacerme esto, Jisung —dijo,
tomándolo por los hombros y sacudiéndolo
bruscamente. Las lágrimas, como cada día,
comenzaron a correr por sus mejillas, pero esta vez
era diferente. Lo sentía como una despedida...
—¡No pueden hacerle esto!— se recargó en el pecho
de su novio, aún podía escuchar los lentos latidos
de su corazón..

El doctor lo miró con lástima.

—Lo siento, pero ya está decidido—murmuró
intentando consolarlo, ¿pero qué clase de consejo
era ese? —Existe una gran posibilidad de que esté
sufriendo en éste sueño eterno, ¿No crees que
deberías dejarlo ir?

Minho se desmoronó sobre el cuerpo del menor, él
sabía perfectamente que esta vez no podía hacer
nada, no importaba lo mucho que amaba al
pequeño Jisung. Esta vez no podía impedirlo.

—Despierta, mi bebé... —suplicó, llorando sobre su
pecho —Despierta ahora, Jisung.... hazlo por mí,
por nosotros. Tenemos muchas cosas que vivir.

Pero no reaccionaba, ni siquiera un movimiento.

Se levantó un poco, esperando encontrarse con el
doctor Jung y poder suplicarle una vez más, pero ya
no habían rastros de él. Solo estaban Jisung, él y
un profundo dolor en su pecho.

Las calientes lágrimas no dejaban de rodar por sus
mejillas, sin duda no podría soportarlo. El simple
hecho de imaginar su vida sin verlo, no podía
tolerarlo.

—No podré vivir sin ti— le dijo antes de desaparecer
de la habitación.

Esa noche fue a su departamento, sabía que estaría
desperdiciando una de sus últimas noches con
Jisung, pero realmente no quería desmoronarse
otra vez frente a él. ¿Qué ganaría con ello? Si era
verdad y él podía oírlo, solo sería más dolor para
ambos.

Para el rubio, los días parecían ir cada vez más
rápido y su tiempo con Jisung cada vez era
menos.

Esa semana había optado por no ir a trabajar
porque, sinceramente, era lo que menos le
importaba en ese momento. Quería estar con
Jisung hasta que dejase de respirar, hasta que su
corazón latiera por última vez... Quería verlo con
sus propios ojos porque sí, era un masoquista de
mierda.

Se las había ingeniado para dormir en el sillón cada
día, comer en el hospital y cenar ahí mismo en
compañía de Jisung. La madre del pelinegro
sabía que el comportamiento de Minho no era
normal, cualquier otra persona no habría
soportado mantener una relación con alguien que,
prácticamente, ya no tenía vida.

Y es que es una mierda, jamás había estado tan
malditamente enamorado y todos a su alrededor
estaban conscientes de aquello. Quería poder vivir
eternamente en la compañía de Jisung pero sus
planes estaban siendo destrozados.

¿Qué sería de él después? ¿Qué haría? No lo sabía.
Su vida giraba en torno a ese pequeño lapso de una
semana.

Cada día intentaba algo diferente, teniendo la
esperanza de que Jisung reaccionara al menos un
poco, pero todo parecía en vano.

Esa tarde le cantó "Mixtape: OH", su canción.
Solían cantarla el uno para el otro, pero sólo se
volvió su canción cuando Jisung añadió unas
letras especialmente para él. Desde ese día la
cantaban él uno para el otro, cantaban cuando
alguno de ellos estaba enojado, celoso, triste e
incluso cuando derrochaban alegría.

—Cantas horrible, Minho— escuchó la voz de Changbin, quien entraba a la habitación acompañado de otros seis chicos.

—Qué fueron esos ladridos?— preguntó Seungmin,
quien claramente, solo estaba bromeando.

—¿Qué hacen aquí?— preguntó Min, levantándose
del lado de Jisung para poder mirarlos.

—Te recuerdo que somos tus amigos— protestó Felix—Tuyos y de Hannie.

—Lo siento— murmuró Minho, encogiéndose de
hombros. A veces solía olvidar que existían más
personas además de Jisung.

Se levantó de la camilla y se acercó a sus amigos
quienes miraban a Sung con anhelo.

—Parece tranquilo— murmuró Jeongin, acercándose a la camilla y tomando a Jisung de la mano izquierda—Extraño verlo inquieto, riéndose, también llorando por ver a Minho hyung tan cerca de Seungmin hyung.

Min tragó pesado y abrió la boca para intentar
decirles la desgarradora noticia.

—Lo van a desconectar en dos días...—confesó el rubio, conteniendo las lágrimas —Mi Hannie se va.. se va de mi lado para siempre.

Las miradas de todos sus amigos se centraron en él
cuando los fuertes sollozos que emitía se hicieron
presentes en la habitación.

¿Qué haría sin su pequeño Jisunggie?



|EUTANASIA|
ADAPTACIÓN 2022
@majxry

Eutanasia |𝘔𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨 |Where stories live. Discover now