Capítulo 12

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Terrius llegó al mall sonriente, y satisfecho por lo avanzado con Candy. Si bien no lo había perdonado todavía, él estaba seguro de que ella seguía amándolo, ese beso en el departamento de ella se lo demostraba. Hablaron apenas brevemente, él recibió la llamada de Emma para que fuera por ella al mall. Pero acordaron tener una nueva conversación, más sosegada, tal vez en una cena, solo los dos sin interrupciones.

Estuvo con Emma y Chloe minutos después de despedirse de la chica Blogger. Se halló con toda una controversia entre la rubia publicista y su hija. Chloe no se retractó y pagó lo que había pedido para la pequeña.

-No voy a usar eso -dijo Emma desafiante.

-Ya recorrimos toda Nueva York. Te lleve a las mejores tiendas de ropa, no encontrarás mejor calidad en otro lugar -le había dicho Chloe antes de que Terry llegara.

Estaba irritada, Emma la había sacado de quicio. Cuando Terry llegó, Emma estaba llorando.

-Qué sucede cariño -preguntó al ver a su hija en ese estado.

Ella corrió abrazarlo.

-Chloe me regañó delante de la gente -respondió lloriqueando.

-Qué estás diciendo, eso no es cierto. Emma, por qué mientes mi niña, sabes que las cosas no fueron así. Terry -habló preocupada- yo no haría eso.

-Sabes que no miento, Pá -replicó Emma.

-¡Oh por Dios! Todo esto es solo porque pagué estas cosas, pero es que quería comprar ropa que no va con ella -se defendió Chloe.

Terrius tomó del brazo a Chloe, alejándose una distancia prudente de Emma, quien sabía que su padre no quería que lo escuchara. Él no podía reclamarle nada a la rubia. La ropa que Emma quería, de hecho, le pareció inaceptable, claro que era un capricho de su hija, ella no se vestiría así. Para él estaba muy claro que la niña lo había hecho para molestar a Chloe.

-Chloe te agradezco de verdad que hayas acompañado a mi hija. Ella es complicada, si ha hecho alguna rabieta, me disculpo. No tienes por qué aguantar estos berrinches de una niña que no es tu hija. En verdad valoro que hayas hecho esto.

-No tienes nada que agradecer, Terrius, yo estoy encantada de haberla acompañado. Ella necesita una amiga, con la cual pasar sus ratos libres. No fue fácil ponerse de acuerdo, pero es porque no me tiene confianza todavía. Es una niña encantadora, como tú.

Terry no le creyó los halagos a la publicista, sabía que Emma podía ser realmente difícil de llevar. Entonces se sintió en la obligación de invitarla a cenar en agradecimiento. Pese al ceño fruncido de Emma, las llevó a comer. Ella insistió en que estaba cansada, pero esta vez sus súplicas no fueron escuchadas.

En un momento, en medio de la comida, Chloe fue al tocador y Emma fue tras ella. La publicista le sonrió y la pequeña inglesa la miró con intensidad. En todo el camino al restaurante y durante toda la cena Chloe se la pasó provocando a Terrius, sin importarle la presencia de Emma, ella se le insinuaba con descaro.

-Emma, hablemos de mujer a niña. Qué es lo que te molesta de mí, he notado cierta tensión, me doy cuenta de que no te agrado. Y no sé por qué, he sido amable contigo y en verdad quiero ser tu amiga. No andaré con rodeos, eres muy inteligente y astuta para tu edad, como puedes darte cuenta me gusta tu padre. Por eso te sugiero que llevemos la fiesta en paz.

-Y por qué crees que papá se fijará en ti -se cruzó de brazos, sosteniéndole la mirada a Chloe, desafiándola.

-Porque todo lo que me propongo lo logro. Me he propuesto conquistarlo y no habrá nada ni nadie que me lo impida. Por eso cariño, te conviene estar de mi lado -le confesó mientras le apretaba la nariz.

El amor está a la vuelta de la esquinaWhere stories live. Discover now