Capítulo 5

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Todos terminaron en la Sala de Emergencias de un hospital. A Rose le inmovilizaron el brazo por un esguince en su muñeca. Archie muy avergonzado se recuperaba de a poco del nocaut que le había propinado Terrius. Stair estaba acompañando a Candy mientras el pediatra atendía a su sobrina, también muy avergonzado por el comportamiento de su hermano. Había llegado muy lejos. A Emma también la revisó el doctor, por el golpe que recibió, pero ella estaba bien, conmocionada por los acontecimientos, pero sin ningún daño físico.

Terrius de algún modo se sentía culpable, él había convencido a Candy de cometer la travesura de hacer el amor en el baño. Cuando ella le dijo al oído lo bien que lo pasó la noche anterior, los recuerdos de ella desnuda sobre él, sus gemidos, la forma tan especial en que se amaron, se encendió por completo, y propuso buscar un lugar privado, de lo contrario estallaría de deseo.

Apenas el médico que revisaba a Emma le dijo que todo estaba bien con ella, fue en busca de Candy, para disculparse de algún modo. La encontró en el cubículo donde tenían a Rose, quien se había quedado dormida bajo los efectos del analgésico que le administraron para su dolorida muñeca lastimada.

Se apartaron un poco para conversar en privado. Terrius la miró antes de hablar y acarició su mejilla con los nudillos de su mano, y le dijo cuánto lamentaba lo sucedido. Ella no aceptó las disculpas, no existía justificación para lo hecho por Archibald. Él ya no tenía derecho sobre ella, estaban divorciados desde hace rato, nada tenía que ver Terrius. Archie no tenía derecho a involucrarlo en una situación tan bochornosa.

-Quién lamenta lo ocurrido soy yo. Cómo está Emma, ¿no está lastimada cierto?, estoy tan apenada contigo y con ella. Esto no debió ocurrir nunca. decía Candy lamentándose.

-Ella estará bien, fue un golpe por el impacto al caer al suelo, pero no está lastimada. Cómo está Rose, creo que ella sacó la peor parte.

-Estaba bastante dolorida, pero el calmante surtió efecto muy rápido y se quedó dormida.

En ese momento, Stear entró a la sala, y se acercó a ellos, también muy apenado por el comportamiento errático de su hermano menor. Él y Candy se la llevaban muy bien. estaba muy preocupado por las dos niñas, y lo primero que hizo al llegar hasta ellos fue preguntar por ambas.

-Señor Grandchester, en verdad lamento mucho lo que ocurrió con mi hermano, quiero decir con el señor Cornwell.

-Gracias entrenador, pero no tenía idea que usted y ese... El señor y usted eran hermanos. Es decir que usted es tío de Rose.

-Sí, olvidé mencionarlo - intervino Candy -Alistair y Archibald son hermanos.

-Vaya.

-Me imagino que querrá presentar cargos - mencionó Stair.

Pero Terrius ni siquiera había pensado en esa posibilidad. Se quedó un momento analizando la situación, masajeando el puente de la nariz, y negó con la cabeza.

-Sabe qué entrenador, no lo haré. No le haré esto a Rose. Solo espero una disculpa de su hermano, y la promesa de que nunca se volverá a acercar a mi o a mi hija, y que dejará de acosar a la señorita White. De lo contrario, claro que acudiré a la policía.

-Me parece justo -combinó Alistair- hablaré con él, tiene mi palabra señor Grandchester.

Alistair extendió su mano en gesto de buena voluntad y Terrius no dudo un segundo en estrecharla, ambos tenían un trato y lo estaban cerrando como caballeros.

Minutos después, Terrius le anunció a Candy que se iría a casa, Emma estaba agotada y él también. Todos los planes de ese día estaban arruinados, y se sentía un tanto fatigado. Le dio un beso en la frente y se despidió finalmente. Antes de irse le hizo prometer que lo contactaría de inmediato si llegase a necesitar algo, para ella o para Rose.

El amor está a la vuelta de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora