No sé si fueron las palabras que acababa de leer o el hecho de que realmente no podría vivir con la culpa de no haberlo hecho, pero enseguida reaccioné y levanté mi mano hacia adelante.

—¡Yo lo haré, Matsuri!

—Oh, excelente, Hinata, gracias. Aquí tienes.

Sostuve el sobre entre mis dedos como si se tratase de lo más valioso en el mundo. Y al menos lo era para mí en ese momento, y creía que para Naruto también.

Me despedí rápidamente de todos, me conocía y sabía que si lo pensaba demasiado o dejaba correr el tiempo jamás volvería a tener la iniciativa y determinación que en ese momento me embargaba.

Quizás no soy lo tan suficientemente valiente que mi yo de ocho años soñó en su momento, pero, a partir de ahora, me esforzaría por serlo.

Había salido ya del parque cuando me detuve al darme cuenta que no tenía muy claro hacia dónde dirigirme, por lo que saqué el teléfono de mi bolsillo trasero del pantalón y le mandé un mensaje.

Yo: ¡Hola! Ya terminé mis asuntos, ¿en dónde estás?

Fue considerado con mi ansiedad al responder bastante rápido.

Naruto: ¿Ya me extrañas, cariño?

Naruto: Estoy en casa. Acabo de darme una ducha luego de llegar del entrenamiento.

Naruto: ¿Quieres que vaya?

Me mordí el labio, pero no dudé en contestar:

Hinata: No, yo iré.

Y no había vuelta atrás.

...

Okey, estar frente a su puerta desde hacía diez minutos y no haber tocado aún no creo que se considere algo más o menos valiente... Pero ¡Ey! Necesitaba mi tiempo para mentalizarme.

Sentía que la carta de Naruto ardía en mi bolso mientras pensaba en la mejor manera de abordar la situación. Todavía tenía mis dudas sobre cómo tomar su ausencia de hoy.

¿Habrá decidido faltar por la práctica? ¿Sería tan sencilla la respuesta? Quizás estoy armando una tormenta en un vaso de agua y para él esto no es tan importante.

Pero...

Incliné la mirada hacía mi bolso.

Esa carta no era mía, era de Naruto, por lo que tenía que entregársela sí o sí.

Finalmente toqué el timbre e inspiré hondo para rebuscar la valentía que, esperaba, se alojaba muy dentro de mí. Naruto me abrió la puerta ya sonriente y eso casi me hizo olvidar porque demonios me había estado preocupando hacía medio segundo.

Cuando se inclinó hacía mí y murmuró un hola seguido de un dulce beso solté un suspiro. En serio, creo que lo hacía muy seguido cuando estaba con él. Pero es que era inevitable.

Cuando se alejó sus ojos se movieron por mi rostro, pareciendo buscar algo. Atisbé a ver una rara mueca de nerviosismo en sus labios, pero quizás simplemente lo imaginé porque en seguida estaba sonriente de nuevo y me invitaba a entrar.

Recorrimos el ya conocido camino hacia el sofá y mientras me acomodaba él se dirigió a la cocina para buscar unos bocadillos que, dijo, había visto en la tienda y quería probarlos conmigo. No encontraba un punto cómodo en el sofá, por lo que todo el rato que se demoró estuve intentando acomodarme mientras era plenamente consciente de sus ruidos por la cocina.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 05, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Tu sonrisa de regalizWhere stories live. Discover now