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TU SONRISA DE REGALIZ - CAPÍTULO XVIII

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Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

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Me encontraba en una insoportable disyuntiva mientras mi pie golpeaba ansiosamente el césped y los demás gritaban emocionados al ver como mis compañeros con pala se encargaban de terminar de desenterrar la, recién encontrada, caja.

No sabía cómo reaccionar: si sentirme aliviada de que Naruto no se encontrara aquí y, por ende, no habría verdad qué revelar, por lo que nuestra relación continuaría intacta como hasta ahora; o aceptar la idea de que era algo preocupante el hecho de que en verdad no estuviera aquí, que haya tomado la decisión de no venir. No puedo ser egoísta e ignorar que por alguna u otra razón él decidió no venir hoy. Pero para saber eso tendría que ir en su busca y revelarle lo que siempre supe y nunca me atreví a contarle... y así regresaba a mi pensamiento inicial.

Odiaba siempre ser tan insegura, a pesar de los años, y todo mi esfuerzo por cambiar, esa venita indecisa y miedosa aún se encontraba dentro de mí, en lo más intrínseco de mi alma.

El pozo que tuvieron que hacer para dar con la caja resultó ser más profundo de lo que recordaba, y estaba segura que eso nos traería algún problema con el guarda parque, pero supongo que valía la pena al ver el momento en que esa reliquia de tesoros era sacada al exterior luego de varios años sin ver la luz del sol.

No puedo negar que estaba algo bastante emocionada y llena de expectación. Tengo varios recuerdos de lo que pude haber puesto en esa carta, pero me intriga redescubrir la pequeña mente de mi yo de ocho años.

Todos hicimos un círculo alrededor de la caja mientras Matsuri daba un paso al frente para abrirla y retirar las cartas ahí escondidas, devolviéndoselas a sus respectivos autores.

Cuando mencionó mi nombre tomé con mucho entusiasmo mi amarillento sobre. Me embargó por completo la nostalgia al ver mi nombre escrito con muchas pegatinas de gatitos alrededor y sonreí al ver la primera letra toda deformada porque, en esa época, me costaba horrores escribirla en cursiva mayúscula.

Me reí de las delirantes preguntas que me hice a mí misma hace diez años: Que si había crecido y el mundo se veía diferente desde más arriba; si ya era lo suficiente mayor para quedarme despierta hasta después de las nueve de la noche a ver la tele con papá o si ya me gustaba comer sopa de espárragos (por supuesto que no).

Mi yo de ocho años era muy soñadora y curiosa, pero también notaba las pequeñas inseguridades que muy bien recordaba entre cada pregunta.

Al momento de llegar al pie de la hoja, luego de una ilusionada despedida, me quedé paralizada ante la última pregunta que jamás había recordado escribir.

P.D. ¿Ya soy más valiente?

—¡Gracias a todos por venir! Fue emocionante, ¿verdad? —salí de mi aturdimiento para enfocar mi mirada en una aún más entusiasmada Matsuri, mis compañeros afirmaron a su exclamación—. Me alegra que todos pudieran llegar, excepto sólo por Naruto que tengo su carta aquí —levantó un sobre azul cielo envejecido y a mí se me cerró la garganta—. Sería muy triste que no lo tenga, ¿alguno aún sabe de él y quisiera entregárselo?

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2022 ⏰

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