Día 05

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"La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz" Hermann Hesse

La felicidad es la plenitud del hombre que ha alcanzado el completo desarrollo de su ser verdadero y se encuentra en conformidad consigo mismo y para Nakahara esa definición no podía ser más real debido a que la estaba experimentando en carne propia, había una extraña sensación de realización por llevar a su pequeño en su vientre y verlo crecer con el pasar de los meses.

Su última visita al médico le hizo caer en la noción de que su embarazo estaba sucediendo, el primer trimestre le fue tan difícil aceptarlo, continuaba en la constante negación al no haber estado preparado mentalmente para ello, porque no fue planeado, por eso no modificó su rutina, no dejó su trabajo y evitó que cualquiera dentro de la mafia lo descubriera sin embargo justo ahora quería decírselo a todos, quería compartir un poco de esa felicidad que inundaba su pecho, aun sabiendo que hacerlo podría poner en riesgo su vida.

¿Pero en realidad todo era tan perfecto?

No

No muy lejos de ahí un castaño próximo a convertirse en padre tenía pensamientos totalmente diferentes.

Esa mañana al igual que las anteriores el pelirrojo se levantó mucho antes de que su alarma comenzara a sonar por la ya común presión en su vejiga, su adorado hijo ya había adquirido esa mala costumbre de acomodarse de tal manera que sus órganos internos se veían presionados apesar de su diminuto tamaño.

Mientras esperaba que el castaño despertara decidio darse una larga y relajante ducha con uno de los cientos paquetes de aromas que poseía, observando la tina mientras la espuma comenzaba a aparecer tarareaba una dulce canción de cuna a la vez que acariciaba su vientre abultado, últimamente su piel se encontraba bastante seca y esperaba que el tratamiento que le recomendó su mentora le ayudará.

Fueron solo unos minutos pero los sintió como si se tratasen de horas, el agua caliente hacia que su cuerpo se sintiera mas ligero y le ayudaba a olvidar los malestares propias de su condición, casi podía jurar que su pequeño también lo estaba disfrutando.

Salió, seco su cuerpo y comenzó a esparcir sobre su piel las múltiples cremas que guardaba, cada una con una función diferente, al terminar regresó a la habitación ya vestido con su ropa interior para buscar que se pondría ese día.

No tenía trabajo de la mafia así que evitaría los trajes que comenzaban a incomodarlo, quizás el nuevo pantalón de mezclilla para maternidad de Kouyou le regaló y una playera ligera junto con una sudadera, tenía años que no utilizaba un conjunto así.

- Chuchu ¿que hora es? -

A sus espaldas escucho la voz somnolenta de su pareja acercándose a su lado para revisar el reloj

- van a dar las ocho Dazai, date un baño mientras preparó el desayuno -

El castaño aún adormilado lo rodeó con ambos brazos alrededor de su cintura, tenía planeado tirarlo en el colchón y convencerlo de que ambos permanecieran todo el día en cama, sin embargo al sentir el bulto que sobresalía soltó su agarre y se levantó.

- gracias Chu, no tardare -

El mafioso espero un beso de su parte pero este nunca llegó, solo pudo ver cómo se alejaba a toda prisa.

Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku  Where stories live. Discover now