Día 16

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— ¿Dazai?  es extraño que me llames a esta hora — el sol aún no comenzaba a salir sin embargo era cuestión de tiempo para que llegará el amanecer, por ende todas aquellas jóvenes que trabajaban en la casa de cortesanas de Osaki Kouyou se encontraban descansando tras una larga jornada — son las cinco de la mañana ¿esta todo bien? —

— Kouyou anee san... — hizo una pausa para poder respirar antes de continuar — Chuuya entró a labor de parto —

No hubo respuesta del otro lado de la línea, tampoco era como si la esperara pues sabía que la mujer que fungió el rol de hermana mayor para el pelirrojo durante tantos años estaba asimilando sus palabras mientras se preparaba para salir.

—voy para allá, ¿necesitas que lleve algo? — término de colocarse el largo suéter que encontró colgado en el perchero mientras daba indicaciones a uno de sus subordinados que prepare el auto

— por favor— tomó uno de los guantes de plástico notando como sus manos no dejaban de temblar — en el armario del cuarto de Chuuya esta la maleta que preparamos hace unas semanas ¿puedes revisar que no falte nada? justo ahora no estoy seguro de lo que guardamos — del otro lado de la línea el castaño pudo escuchar como la puerta de un auto era cerrada, la fémina en pocos minutos ya estaba en camino

— si, la revisare no te preocupes ¿ya entró a la sala de parto?—

— me están esperando, Chuuya ya esta listo para comenzar —

— más te vale que lo cuides Dazai, yo estaré esperandolos afuera — sonrió con nerviosismo aún si nadie podía verla — va a estar bien, son doctores que han trabajado con Mori y mientras estés tú a su lado todo saldrá bien así que puedes estar tranquilo, eres su mayor apoyo ahora mismo y si te ve preocupado el tendrá más miedo y quizás eso provoque complicaciones — dio un largo suspiro que pudo ser escuchado hasta el otro lado de la línea — se fuerte, todo saldrá bien Dazai —

— gracias Kouyou nee, realmente necesitaba que alguien me lo dijera — quizás su relación era algo hostil por haber jugado con los sentimientos del pelirrojo durante tantos años pero siempre podía contar con ella y su apoyo en momentos críticos.

— los veré pronto, ustedes pueden Dazai —

— gracias —

Sin alguna otra cosa que decir colgó el teléfono para guardarlo en el bolsillo de su gabardina la cual término entregando a otra enfermera que guardaría sus pertenencias hasta que termine su estadía en el hospital.

Término de colocar los guantes esterilizados que le entregaron junto el cubrebocas y se adentró a la sala de parto donde ya todos los profesionales en el área de salud se encontraban preparados.

— Chuuya, mi amor —

— me duele... Dazai duele  mucho — en cuanto el castaño estuvo a su lado tomó su mano con la poca fuerza que tenía, las lágrimas bajaban una tras otra por sus niveas mejillas, era visible cuanto le dolía y lo difícil que era sin embargo el noreno estaba decidió a estar a su lado en todo momento

— lo se bebé pero esto acabará pronto ¿esta bien? podremos tener a nuestra hija en nuestros brazos y depués iremos a casa— acarició su cabellera naranja acomodando los mechones que se pegaban contra su blanca piel debido al sudor

—muy bien Chuuya, cuando sientas la siguiente contracción debes de pujar — informó el doctor que ya se encontraba entre las piernas del pelirrojo listo para recibir a la bebé

La contracción llegó, Nakahara dio un grito desgarrador de dolor, podía compararlo como si los huesos de sus piernas y espalda fueran quebrados desde adentro, pero no importaba cuando pujara  la cabeza no empezaba a coronar

— de nuevo, con todas tus fuerzas ella esta lista para salir —

— duele... —

— lo se bebé, se que duele pero puedes hacerlo, has soportado mucho más, esto no es nada— por primera vez en tanto tiempo Dazai se sintió como un completo idiota, alguien que no sabía que iba a suceder, no tenía un plan, había estudiado y se había preparado para ese momento pero aún en el fondo desconocía lo que el pelirrojo estaba sintiendo, cuanto estaba sufriendo y que podía hacer para ayudarlo

— aghhhh —

El nuevo grito resonó en la sala cuando el mafioso sintió el dolor en su vientre y espalda por segunda vez.

— salió la cabeza, una vez más Chuuya, puja con todas tus fuerzas una vez más —

El mencionado asintió y de inmediato volvió a pujar, esta vez todo el dolor, la agonía que sentía cesó por completo en el instante en que el diminuto cuerpo de su pequeña salió.

Pero no había llanto, la recién nacida no estaba llorando ¿porque no lloraba?

—¿doctor? —

El castaño pudo notar como su hija pasaba de los brazos del doctor a los de una enfermera quien la colocó sobre una superficies plana, no lograba comprender lo que sucedía ¿su hija estaba bien? sin embargo sus pensamientos no podían estar solamente en ello pues aún no terminaban de atender a Chuuya.

Al sentir como se quejaba una última vez por el dolor cuando el doctor término de sacar la placenta se inclinó nuevamente para tomar sus manos depositando múltiples besos en sus nudillos.

— todo está bien Chuuya se acabó —

—¿como...? ¿como esta ella? — estaba cansado, su visión estaba borrosa pero no podía desplomarse, no hasta estar seguro de que su hija estaba bien — Dazai —

— Chuuya... — no tenía palabras, nadie les decía como estaba la niña, si algo había salido mal o al menos así fue hasta que el incesante llanto hizo eco por todo el lugar

— felicidades, es una sana y hermosa niña de tres kilos quinientos — mencionó la enfermera que terminaba de limpiarla.

— ¿puedes escucharla Chuuya? es nuestra hija, esta bien, nuestra pequeña esta bien — se reincorporó para ver si  le podían entregar a su hija para verla pero al notar como el agarre del ejecutivo disminuyó el miedo volvió a su cuerpo —¿Chuuya? —

— que alivio... ella estará bien, mi linda Fumiko... — su sonrisa desapareció lentamente al mismo tiempo que sus ojos se cerraban y la máquina que mostraba sus signos vitales comenzaba a sonar

— Chuuya, ¡Chuuya! —

— su corazón se detuvo —hablo el doctor dando indicaciones a sus asistentes

— Dazai san debe salir de aquí — una enfermera lo tomó por ambos brazos para guiarlo a la salida, no podía permanecer más tiempo ahí mientras los doctores intentaban salvar la vida de su pareja

— ¿que? no espere ¡Chuuya ! —

Lo último que vio fue como introducían un tubo por su garganta al mismo tiempo que hacían compresiones sobre su pecho,  los latidos del corazón no volvian teniendo que utilizar el desfibrilador.

De esta manera el momento que debió ser de completa alegría se volvió la mayor pesadilla del detective cuando se dio cuenta que estaba a punto de perder a su más grande amor.

Agosto de m-preg 2022 ☆ Soukoku  Where stories live. Discover now