Zoe y Elías parecían tener el matrimonio perfecto, unidos por el amor y bendecidos con dos hijos preadolescentes. Pero bajo la aparente calma, una tormenta de desafíos maritales se avecinaba, amenazando con desgarrar el tejido de su familia. Mientra...
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La inseguridad del ser humano muchas veces paraliza. Ya que le priva a las personas de intentar algo nuevo. Pues, la duda puede llegar a inundar los corazones de una manera que da a luz al miedo. Es ahí que el miedo crece en el interior del ser humano para paralizarlo.
Así sucedía con la mente joven de Zoe.
Su inseguridad la hacía querer alejarse de Elías por lo que intentaba todo lo posible por evitarlo.
Sin embargo, la persistencia del joven enamorado prevaleció ante todas aquellas inseguridades de la joven de 20 años.
Elías le marcaba al celular, mientras que le esperaba en la entrada de la escuela de medicinas en la que Zoe estudiaba, pero algo asustado al ver que no hacía respuesta se rinde y en el que iba a marcharse la ve caminar con un para de chicas.
Al verla su corazón se apretó. A pesar de saber que le estaba ignorando las llamada al verlo siente como su corazón comenzaba a latir fuertemente ante ella. Se veía hermosa. Nuevamente al verla caminar se sentía feliz, sin embargo, al reaccionar y darse cuenta de que esta le estaba evitando se siente triste.
Zoe caminaba mientras cargaba un par de libros de la universidad mientras que observaba la pantalla de su celular algo frustrada.
Elías al ver que ella le estaba evitando; se llena de inseguridad respecto si le había hecho sentir mal en la última vez que se vieron.
Había pasado exactamente una semana en la que ya no le respondía las llamadas, ni los mensajes de textos por lo que necesitaba saber que era lo que sucedía.
Quería enfrentarla, y verificar si realmente ella era una chica más que tenía sentimientos pasajeros; para luego seguir con su vida o está vez era diferente. Debía saber si debía de luchar por ella o no.
Mas, Elías sabía que los sentimientos que tenía por ella eran completamente diferentes.
Ella no sería el caso de ser una chica más.
Tampoco Zoe era de esa clase de chica que enamoraba a un chico y luego lo dejaba sin ninguna explicación.
Elías pensaba que debía haber algo y eso era lo que le carcomía por dentro.
