Zoe y Elías parecían tener el matrimonio perfecto, unidos por el amor y bendecidos con dos hijos preadolescentes. Pero bajo la aparente calma, una tormenta de desafíos maritales se avecinaba, amenazando con desgarrar el tejido de su familia. Mientra...
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—¡Zoe! En el momento que la joven Zoe escucha que alguien gritaba su nombre lo que sobresaltada se voltea y al ver quién le llamaba abre sus ojos asombrada para saludar a Daren que le hacía gestos l para que fuera hacia el grupo en el que estaba rodeado, lo que hizo un ademán en señal de que ya pronto iría a saludarle. —Pues, pastora le mantendré al tanto cualquier cosa que me digan en el decanato estudiantil. —le informó de una actividad que quería hacer. —Lo estaré presentando al consejo estudiantil para que puedan ser invitados en el concierto evangelístico en la universidad. —Claro que sí, hija. —le abrazó fuerte para despedirse de ella. —Cuenta con nuestro apoyo. —Vale pastora, bendiciones. Así dijo, para luego caminar hacia su amigo que había llevado a un invitado. —Hola, Daren. —saludó mientras que este sorprendido le ve para darle un fuerte abrazo. —Estuviste fenomenal. Esta baja su rostro algo apenada, ya que siempre se le hacía hecho difícil recibir y aceptar los halagos. —La gloria sea a Él. —dijo refiriéndose a Dios. —Eso es amén. —dijo su amigo mientras que miró de reojo a su amigo que le veía con curiosidad. —Zoe, te presento a mi mejor amigo de la universidad, su nombre es Elías. Zoe le vio y éste le saludó tomando su mano cordialmente. —Mucho gusto Elías, como el profeta. —suelta una leve risa mientras que internamente se burla de si misma por sonar cómo una tonta. Sonríe algo incómoda cuando se da cuenta de que aquel chico la observaba detenidamente y aunque ella no lo supiera, este le veía con admiración pues, pudo sentir que aquella chica tenía mucho de Dios.
Esta vez, Zoe, observa a su amigo que abrazaba a su otra amiga y compañera, líder del ministerio de alabanza que recientemente había llegado para saludar. —Zoe... —llama Rebecca para despegarse de Daren y volverse a la chica de tez morena. —Déjame decirte que me gusta cómo te estás desenvolviendo, estoy muy orgullosa de ti. Zoe sintiéndose aún más nerviosa por sus palabras sonríe asintiendo mientras que recibía un abrazo de su líder. —Claro, Rebecca es un honor hacer lo que hago. —toma una pausa para darse cuenta que estaba Daren y su amigo lo que se pasma un poco porque le prestaban atención a la conversación de las chicas. —Vas a ver que poco vas rompiendo esa timidez. Rebecca se aparta de Zoe y se voltea para ver a Elías y lo saluda cordialmente. —Bienvenido. —le estrecha la mano. —Soy Rebecca. —saluda con respeto. Este tomando su mano sonríe, mostrando unos bien definidos hoyuelos. —Mucho gusto, mi nombre es Elías. Zoe tratando de escapar de la escena; fracasa. —¿Zoe, te irás? —pregunta ahora Daren al verla levemente alejándose mientras la observaba con curiosidad. Zoe toma su teléfono celular mientras jugueteaba con él como si tuviera algún mensaje ya que deseaba de salir de aquella incómoda situación que sólo ella percibía. —Eh... sí. —mira a todos cómo la veían, y con una sonrisa pasmada se despide. —Tengo que irme, mañana tengo examen de cálculos. —hizo una mueca disgustada. —Nos vemos el viernes. —saluda a todos con un abrazo. Por lo que Elías algo pasmado recibe su abrazo. —Nos vemos... y Elías, mucho gusto. Esperamos verlo el viernes en el culto de jóvenes. Tras despedirse de todos se va.
