17. Eres mío

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"No es el cielo, pero llegamos muy cerca."

- 'Jupiter' de The Eden Project

Cuando me despierto, mi rostro está mojado.

Mis ojos pestañean cuando siento lo que parecía agua de lluvia cayendo por una pequeña gotera en el techo. Muevo mis manos a mis costados sintiendo el duro suelo de cemento donde estaba. Cierro mis ojos apretándolos cuando me doy cuenta donde estoy y dejo salir un jadeo de dolor cuando mi cabeza late.

Llevo mi mano a ella dudoso, inspeccionando el daño. Siseo cuando toco la parte donde dolía más. Había un pequeño chichón y bajo mi mano.

Respiro hondo mientras las gotas caían por mi mejilla y me muevo apenas para levantarme.

Me tomó mucho tiempo, parecieron horas, en lo que tardé en levantarme, usando la pared como soporte. Mi respiración se acelera y mi rostro se enrojece. Algo no estaba bien. No se sentía bien. ¿Por qué me sentía de esa manera?

De repente, me entraron ganas de vomitar y temblé. El pelo en mi piel pegándose mientras trago y miro hacia la puerta de la celda, lentamente acercándome a ella mientras seguía apoyándome contra la pared.

— ¡Oigan! — Mi voz sonaba áspera mientras me aferro a la puerta. — ¡Déjenme salir! — Digo de nuevo y me arrepiento cuando el latido en mi cabeza empeoró.

— Aléjate de la puerta, rebelde. No te lo pediré otra vez. — El pequeño agujero en la puerta que estaba cerrada se abrió para dar paso a la voz del soldado. Sus ojos mirándome con enojo pero su voz no era dura.

— Por favor... ¿Qué paso? ¿Por qué estoy aquí? — Suelto un quejido cuando me empiezo a marear y dejo mi mano en la puerta cuando otra vez siento nauseas. El soldado pensó que estaba tratando de escapar y gritó una orden haciéndome saltar ante su fuerte voz. Llevo mis manos a mis oídos tapándolos.

Un zumbido punzante se escucha haciéndome gemir mientras me alejo de la puerta. El soldado entra y toma su espada apuntándome. Mis ojos se agrandan.

— Retrocede. — El soldado ordena lentamente con su espada aun firme en su mano.

— ¿Qué pasó anoche? ¿D-Dónde está Leah? ¿Dónde está la rebelde que entró a la prisión? — Mis palabras salían a medida que mi respiración se aceleraba. El hombre solo me mira confundido antes de darse cuenta de lo que estaba preguntando. Se ríe divertido. Me aferro más a la pared.

— Oh. — Su risa se detiene y sonríe de lado. — Ella ya no está.

— ¿Qué? — Jadeo. Mi corazón hundiéndose. — ¿Dónde está? ¿A dónde la mandó? — Aprieto mis dientes al pensar en Louis mandándola lejos de mí. Tal vez notó algo luego de lo de anoche cuando me desmaye. El verdadero Louis que conozco no sería tan cruel... tal vez la dejó ir.

El soldado niega con la cabeza encontrando la situación aún más divertida y se va. El zumbido fuerte otra vez alertando que él estaba saliendo de la celda y me remuevo, mis manos otra vez sobre mis oídos. Todos los sonidos eran muy fuertes.

Luego de que el zumbido se detuviera, miré hacia la puerta y me tambaleé hacia ella tan rápido como pude. Levanté mi mano para golpearla con toda la furia y confusión que tenía. Me habían dejado en la oscuridad.

— ¿Dónde está Louis? — Grito cuando mi puño golpea duro contra la puerta de metal. Me aguanto soltar un quejido recibiendo el dolor. — ¡Necesito hablar con Louis!

**

Terminé sentándome debajo de la gotera y mirando a través de la pequeña grieta la poca luz que entraba. Estaba de vuelta donde todo había empezado. Louis ya no confiaba en mí y lo que estaba pasando entre nosotros ya no existía. Las lágrimas llenan mis ojos cuando me doy cuenta de los errores que había cometido y cuan furioso lo había puesto estos dos días que pasaron. Me hizo pensar que soy un tonto por pensar que estaba a salvo con él, que no iba a lastimarme. Estaba tan equivocado y ahora... ahora estoy pagando el precio y esperando que decida si va a matarme por mi rebeldía natural.

Bravado (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now