1. Al principio

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Al principio había fuego. Hecho por la indignidad de la gente que, con cual sea la voz que tenían en ese momento, esperaban hacer la diferencia que ellos mismos sabían no iba a romper la cambiante sociedad.

La gente era masacrada, de manera sangrienta y fría en las calles. Los niños se quedaban sin padres; abandonados en la calle sin saber que iban a crecer siendo soldados en una guerra que nunca pidieron. Una guerra que iba a dividir a la gente, familia, amigos una guerra en busca de poder.

Unos años antes de que yo naciera, hablaban de un niño; un niño que había empezado a desarrollar habilidades. Con mucha concentración, el niño podía quitar el dolor con un simple toque. Claro que con ese don, significaba que el niño no podía sentir dolor. O muchos otros sentimientos que infligieran dolor, como la tristeza, la culpa o incluso que le rompan el corazón, lo cual lo hacía incapaz de amar.

El niño se llamaba Louis.

Lo que no sabían, era que estas habilidades iban a causar divisiones entre naciones y el pelear por poder lo iba a consumir, como resultado; aislarse de su familia y amigos. No sabía esto en ese momento, nadie lo sabía, ni siquiera su hermana.

Charlotte no era perfecta, pero tenía lo que muchos buscaban; libertad.

Su oferta vino con un precio para todos, que se conviertan en soldados para su ejército contra su hermano; derribarlo y sacarle sus habilidades – y existencia. Hacer una rebelión hasta que el poder que Louis posee sea de ella y del pueblo.

La guerra duró años, los dos hermanos peleándose el uno con el otro, con Louis planeando su ejército a la edad de 13 años y a los 15 empezó a reclutar soldados de cualquier edad que esté dispuesto a luchar por él. Charlotte estaba haciendo lo mismo, la diferencia es que ella quería a los jóvenes para entrenar mientras que Louis buscaba a los mayores, con más experiencia para que peleen.

Yo tampoco tuve opción más que agarrar armas y convertirme en lo que nunca pensé que sería, un peón. El tablero de ajedrez era la zona de guerra de Charlotte y Louis. Vidas inocentes siendo quitadas por las razones equivocadas.

Ya no se trataba del libre albedrío.

Se trataba del poder.

Siempre era sobre el poder.

Dejé mi lapicera entre el papel amarillo y cerré mi diario, colocándole la cinta alrededor antes de apoyar mi cabeza contra la pared. Estaba sentado en el suelo, había cuerpos durmiendo alrededor mientras nos refugiábamos en una casa abandonada que se caía a pedazos, tratando de no ser vistos por ellos, los soldados de Louis.

Eran más fuertes y mayores que nosotros, la juventud de hoy que peleaba por Charlotte. No usaban ropa vieja y negra como nosotros, los que no poseían finas ropas y trabajaban con cautela; con miedo a ser atrapados. Ellos usaban chaquetas doradas que lo llamaban armadura, los distinguía para saber quienes eran en la sociedad y la gente les temía por ello, por lo que hacían.

Sonó un chillido en las tablas de madera del piso que solamente alguien despierto podría oír, había mucho silencio. Miré hacia arriba al oír los pasos que se acercaban lentamente y me encontré con mi compañero y mejor amigo, Niall.

Note que fruncía mucho el ceño y su frente se arrugaba. Recién había llegado de su turno de vigilancia en caso de que los soldados de Louis nos encontraran y decidieran atacar. Se sentó a mi lado, copiando mi posición mientras hablamos.

— Deberías estar durmiendo. Tenemos una gran misión mañana y no creo que al equipo les guste ver a su líder durmiéndose en el trabajo. — Niall se rio casi en silencio, tratando de no reírse demasiado sabiendo que terminaría tosiendo.

Bravado (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora