Jisung era quizás el alfa perfecto.
Todo omega que lo mirara lo deseaba con facilidad: bien parecido, todo un caballero e inteligente. Todo lo que podría considerarse perfecto.
Pero Jisung no quería a cualquier omega o beta, desde que se presentó es...
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Jeongin tomó aire profundamente antes de soltarlo, buscando que eso le diera el valor para finalmente acercarse hacia su pareja acostada en el sillón de cuero negro. Caminó hasta quedar frente a la enorme pantalla que mostraba una escena de una chica siendo perseguida por espíritus malignos.
Se dio la vuelta lo más rápido que pudo para no ver nada de la pantalla, era horrible que a su pareja le gustara el mismo género que el detestaba. Seungmin frunció el entrecejo un poco cuando Jeongin le bloqueó la vista.
"¿Es en serio? Está a la mitad" se quejó buscando a ciegas el control por el sofá, cuando lo encontró le puso pausa. "¿Puedes decirme la razón por la que interrumpes la película a la mitad?'
"Te pedí hace rato que habláramos y me ignoraste, así que te aguantas un momento" suspiró Jeongin un poco enojado de la poco delicada queja de Seungmin. "Quería preguntarte acerca del favor que nos pidió mi hermano el otro día, nunca le contestaste y nos necesita mañana".
"¿Ese favor para su clase de estética?"
"Si ese".
-"¿Cuántas probabilidades creías que tenías para que dijera que si? Jamás haría algo así Innie, sabes que me matarán si entro a la universidad con las uñas pintadas. Mi respuesta es no".
"Cuando me pregunto le dije que no, es su culpa por creer que cambiaría de opinión. Mejor búsquense a otro" tomó de nuevo el control para dejar que corriera la película.
Dándole la indirecta a Jeongin, este suspiro haciendo un puchero antes de apartarse de la pantalla cubriendo sus oídos para no escuchar los gritos femeninos pidiendo ayuda. Se dejó caer sobre la cama derrotado mirando al techo, Jeongin siempre supo que Seungmin tenía un carácter bastante fuerte y que no iba a aceptar simplemente por que hiciera pucheros o no le hablara un día. La vida de Seungmin no giraba entorno al omega, desde un principio el alfa pálido se lo dejó en claro y el mismo lo aceptó. Aún así los primeros meses, el alfa era bastante flexible para acceder a ciertas cosas que no quería hacer, solo por que el se lo pedía, con un precio, claro está, el precio que consistía en que Jeongin usara disfraces vergonzosos, pero nada que lo dejara traumado o que le hiciera daño.
Pero recientemente Seungmin siempre se encontraba de mal genio, Jeongin lo conocía bastante bien como para saber cuando no debía insistir y solo dejar que el alfa se contentara, solo que omitía detalles como el aroma de Kim. Que su novio haya dejado de ser tan benevolente lo dejaba sintiéndose extraño pues no entendía tal actitud, a su omega lo dejaba un poco melancólico implorando un cariño que a menudo no recibía del alfa. Tampoco es que el omega tuviera falta de este, pero nunca pensó que era algo malo querer recibir atención de su pareja.
Una masa peluda pasó por debajo de sus brazos asustándolo, aunque no por mucho tiempo cuando se dio cuenta del cabello marrón y rizado. El perro que vivía junto a Seungmin, también era un amigo de la mascota de Jeongin lo vio con una sonrisa torcida antes de cargarlo y dejarlo sobre su pecho acariciando su pelo.
