Jisung era quizás el alfa perfecto.
Todo omega que lo mirara lo deseaba con facilidad: bien parecido, todo un caballero e inteligente. Todo lo que podría considerarse perfecto.
Pero Jisung no quería a cualquier omega o beta, desde que se presentó es...
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"Entonces... ¿El pene de los patos tiene forma de resorte?"
"Que asco" Se quejó Minho haciendo una mueca. "¿Eso es lo único que has escuchado todo este rato?"
"Tampoco es como si hubieras hablado mucho conmigo" se encogió de hombros Jisung cerrando el libro de biología.
Al final Minho había ganado la discusión sobre de que iría su proyecto, acabando con hacer una investigación sobre la vida marítima, habían acordado con comenzar la investigación en la biblioteca donde pudieron sacar cualquier libro que tuviera relación, por ello escribía en las hojas blancas mientras Jisung echaba un ojo a los libros abiertos sobre la mesa.
Entre ellos había aprendido un montón de cosas: como se reproducían los peces, que los tiburones tenían personalidades diferente y había algunos que les gustaba ser mimados, que las serpientes pueden nadar y que los patos tenían una anatomía bastante singular.
Jisung dejó el libro a un lado y observó hacia el reloj, ya sería la hora de que tendrían que irse antes de quedar encerrados en la escuela. Aunque él tampoco se quejaría si sucediera algo así.
"Debemos ir a casa".
"Mañana es sábado y ni siquiera hemos terminado la introducción del trabajo" contestó Minho moviendo más deprisa su mano sobre el papel.
Jisung le quito el lápiz.
"Siempre podemos reunirnos fuera de la escuela, no gastaríamos nuestras horas de clase y tampoco estaríamos preocupados de que aún no esta terminado" guardo el lápiz en la mochila, desde que habían entrado Minho había comenzado el trabajo escribiendo por muchas horas sin siquiera dejarlo ayudar.
"No quiero salir algún lado".
"Siempre eres bienvenido en la mía, es más vendrás a mi casa mañana y te ayudaré con él" Minho lo miró con desconfianza, Jisung suspiró. "Te prometo que no intentaré nada extraño"
¿Tenía opciones? La verdad era que sus manos estaban rogando por un descanso.
"Vale".
"Entonces te recojo en tu casa, guapo" dijo emocionado guiñando un ojo.
"¡Ni hablar! No dejare que sepas dónde está en mi casa".
" ¡Oh vamos! No tengo planeado secuestrarte".
"Ni lo pienses tampoco. Pervertido".
"Vale no iré a tu casa... Aún" susurro, Minho lo miró enojado mientras el sonreía. "Entonces irás tu a la mía".
"Eso es peor todavía".
"Tenme un poco de confianza" hizo un puchero tomando el cuaderno y el lápiz para anotar algo en una de las esquinas de la hoja. "Estaré ahí todo el día así que puedes venir a la hora que quieras, no lleves almuerzo y si te sientes más tranquilo puedes llevar a alguien contigo. Te espero guapo.".
