Para Irina Gilbert, Mystic Falls era su habitación del pánico desde que Damon Salvatore entro en su vida.
Lo que no sabia era que estaba apunto de conocer a una familia que haría de su vida un caos.
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Otra vez me levanto en una habitación que no conocía, mi cuerpo dolía como como si me hubiesen roto todos y cada uno de los huesos que poseía. Como pude me levante del sofá y comencé a investigar por el piso, por la ventana se veía el centro del pequeño pueblo en el que vivía por lo que no me había secuestrado otra vez.
—Veo que ya te hasta despertado.
—¡Santa mierda!
Pegue un pequeño brinco al escuchar la tan ya conocida voz que le pertenecía original. Lentamente me dio la vuelta para quedar frente a él, mirándonos fijamente a los ojos. No podía creer que estaba delante de un original y siguiera con vida. Tenia el mismo traje de siempre el que, a a mí parecer, lo hacia ver condenadamente sexy.
—¿Qué hago aquí y por que todavía no me has matado?
—No voy a matarte Irina y mucho menos ahora que se que la profecía se esta cumpliendo.
Inclinó mi cabeza hacia un lado mirándolo un poco intrigada, ¿cómo era eso de que la profecía se estaba cumpliendo?
—Se que estas confundida y te lo explicare todo solo necesito que tomes asiento ya que esto es muy largo.—Le hice caso al vampiro y tome asiento en el sofá donde había despertado. — Bien, se que sabes sobre la maldición del sol y de la luna, pues todo lo que investigaste es falso, mi hermano y yo lo inventamos para poder conseguir a la piedra y a la replica más rápido, la maldición solo se centra en Klaus. Una vez que mi hermano mato por primer vez, su gen de hombre lobo salió a la luz, exponiendo que mi madre cometió un adulterio. Mi padre vio a mi hermano como una abominación y convenció a la bruja original de mantener su lado de hombre lobo dormido. Los materiales ya los conoces solo que te falta uno, la maldición solo se puede romper si Klaus encontraba a ese lobo tan peculiar, uno de color blanco. Mi madre se compadeció un poco de el y hizo que ese lobo blanco fuera su salvación y su alma gemela, lo que no sabia es que estaba afectando a otro de sus hijos.
—Espera espera, ¿me estas diciendo que soy el lobo blanco? Esto es una locura.— Me levanto del sillón y comienzo a dar vueltas por toda la sala. —Primero que mi familia no es mi familia, luego me entero que tengo el gen de una manada de lobos reyes y por último que soy el lobo más ansiado y buscado de la historia y que soy el alma gemela de un hibrido original.
—Lo he visto con mis ojos Irina, vi como te convertías luego de que ese Salvatore te tirara al suelo. Se que todo lo que te contado es bastante por eso te dejare tiempo para que pienses en ello y por favor no le cuente esto a nadie, dame tu palabra.
Suspiro mientras asentía con la cabeza. —Te doy mi palabra Elijah, no le diré nada a nadie.
Y con eso el vampiro salió del piso dejándome completamente sola y con un montón de preguntas. Necesitaba tiempo para procesar todo lo que había descubierto en ese día por lo que decidi quedarme un par de horas más en aquel acogedor hogar.
