Capítulo 8: Sinceridad

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Salí del pasillo y fui otra vez con Steve y no notó ni que me había ido. Estuve unos diez minutos más en lo que me tomaba la quinta o sexta cerveza. Y me harté.

Ya me había hartado de que Steve me ignorara toda la noche, de que no hubiera hecho nada más que saludar personas, estaba harta de no ser linda y ya estaba harta de Eddie.

Tomé a Steve del brazo y lo jale hasta las escaleras.

-¿Todo bien? ¿A dónde vamos? -dijo Steve confundido pero sin poner resistencia a mi fuerza.

-Ya estoy aburrida de verte hablar con tus amigos. Vamos a bailar.

Bajamos las escaleras y la música se escuchaba más fuerte. Fuimos hasta un lugar donde hubiera espacio y empecé a bailar con él mientras sonaba Africa de TOTO. Era una canción algo lenta así que lo acerqué a mi y empezamos a bailar.

Estuvimos así un rato, yo seguía bebiendo un poco y todo en conjunto me hizo sentir menos infeliz. Por ese momento lo que pasó con Eddie no dolía tanto. El problema de mi papá ni siquiera parecía importante. Todo el asunto de mi mamá no parecía ser tan serio. Todo estaba... en paz. Sentí tranquilidad y sólo me dejé llevar por el ritmo y los brazos de Steve.

Pasamos así una media hora y todo estaba bien hasta que empecé a notar que Steve estaba un poco nervioso mirando algo por detrás de mi. Me giré y ví a mi hermano hablando con la que debía ser Nancy, tenía un parecido con Mike así que la pude reconocer. Sólo hablaban y reían, nada más que eso. Pero Steve parecía molesto y de un momento a otro me soltó y fue hacia ellos.

Me dejó ahí, sola.

No hizo nada malo con Ethan o Nancy, fue únicamente a meterse en su conversación como si no quisiera que estuvieran pasando tiempo juntos y mucho menos verlos tan divertidos.

Me quedé un momento ahí parada y sólo me terminé mi cerveza de un jalón y fui al baño.
Me mire al espejo y ya tenía esa sensación de estar un poco ebria, pero a la mierda, no importaba.
Salí del baño y fuí hacia la entrada de la casa, esperaría ahí a Ethan.

Salí de la casa y ví a Dustin sentado en las escaleras de la entrada y me sentí mal de verlo ahí solo. Dustin era el niño más agradable que había conocido en la vida, cualquiera que no quisiera ser su amigo era un completo imbécil.

Me senté con él y le dí un empujón con el hombro.

-Son unos idiotas, los 3. Tú también, pero no eres esa clase de idiota, eres un idiota agradable.

-Me siento halagado, que bueno que viniste ya me había aburrido aquí.

-Bueno, de haber sabido te habría llevado conmigo para tampoco estar sola más de una hora escuchando a Steve hablar con todos menos conmigo.

-Pobre Steve, no sé qué le pasó. Antes era muy bueno con las chicas. Ahora sólo puede hablar bien con Robin.

No tenía ni idea de quién era ella, pero me reí.

-¿Quieres bailar?

-¿Qué? -casi me lo gritó.

-Anda, vamos -lo ayudé a levantarse y entramos a la casa.

Estuvimos más haciendo tonterías que bailando realmente, pero entre el efecto del alcohol y que Dustin era súper gracioso, no dejaba de reírme con él.
Pasamos así más de media hora y yo ya estaba con la ¿novena cerveza? No sé, pero ya estábamos cansados y salimos de nuevo a sentarnos.

Cuando llegamos a sentarnos de nuevo llegó ese dolor y el vacío.

-¿Dustin?

-¿Si?

Eddie Munson y tú/Never Ending Story Where stories live. Discover now