Mala suerte

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Rindo Haitani no era una persona religiosa, pero comenzaba a creer que existía alguna entidad divina que le guardaba un especial odio. Era eso, o simplemente cargaba con una muy mala suerte.

Había pasado cuatro años cuidando con especial empeño su reputación. Siendo un alumno excelente, destacando en cada examen, cumpliendo cada tarea, e incluso accedió a ser parte del estúpido Club de Eminencias de Slughorn. Todos los maestros lo tenían en alta estima, excepto Dumbledore, pero la opinión del director importaba poco cuando accedieron a nombrarlo Prefecto. Estaba acostumbrado a escuchar "Ese grupito de Slytherin es terrible, menos Rindo, el menor de los Haitani es un estudiante ejemplar ¿cómo puede andar con ellos?".

La vida era tan buena.

Hasta que decidió que iniciar una pelea de golpes a las afueras del castillo era una buena idea.

Y en menos de dos días ya no era prefecto y estaba condenado a pasar el resto del año castigado junto a nada más y nada menos que Keisuke Baji.

Cuando le informaron el tipo de castigo creyó que su suerte había mejorado, pero se equivocó. Su "tutor", "encargado", "carcelero" o llámese como quiera, era Souya Kawata, el lindo y adorable algodón de azúcar azul de Hufflepuff. Conocido por su desempeño como golpeador de quidditch, por su talento en Defensas contra las artes oscuras, o por su incesante voluntariado en la Cruz Roja Mágica y en el Hospital San Mungo. Para Rindo era más simple, Souya era su novio, bueno, más como un exnovio, la situación era confusa, al menos para él. Así que su voluntariado forzado en la enfermería de Hogwarts era su oportunidad para aclarar las cosas.

Excepto por un pequeño inconveniente, transcurrió un mes y no había logrado una sola conversación fluida con Souya.

No era solo el peli azul ignorándolo, era también la abrumadora cantidad de trabajo que tenían. Uno no pensaría que en una escuela hubiera tantos lesionados al día, pero en los tres días semanales que asistía había visto casos más insólitos que en las 18 temporadas de Grey's Anatomy (maratón cortesía de Souya). Estaba seguro de que Cristina Yang nunca tuvo que lidiar con un corazón que reventaba palomitas de maíz o con un hechizo cantor.

La mayoría de hechizos los realizaba Madame Pomfrey o Souya, quien estaba más versado en este tipo de hechizos. Baji y él se encargaban de cosas menos interesantes, como llenar historias clínicas, desinfectar heridas o cambiar las sábanas, Meredith Grey estaría orgullosa de su desempeño como interno/esclavo.

El punto era que Souya había evitado cada uno de sus intentos por establecer una conversación, pero él no se rendiría fácilmente.

Con la llegada de diciembre venía la epidemia de resfriados en el castillo, muchos eran infecciones virales comunes que se curarían con su curso natural, pero "curso natural" no era un término con el que los jóvenes estudiantes de hechicería estuvieran familiarizados. Pociones caseras que terminaban con gente estornudando burbujas o con cuerdas vocales que solo podían emitir irritantes chillidos de ratón estrangulado.

Era sábado por la tarde cuando Madame Pomfrey tuvo que ir a San Mungo a internar de emergencia a un alumno que no dejaba de vomitar bolas de pelo. Solo le quedaba terminar de llenar las historias clínicas de aquellos que recibieron el alta esa semana mientras Baji se encargaba de organizar las pócimas en la bodega. Desde el escritorio podía ver como Souya terminaba de darle las indicaciones del analgésico a la chica que había pasado tres días en la cama cinco, y más cerca a la puerta un niño de primero clasificaba cromos de ranas de chocolate.

Después de una larga ronda de agradecimientos, la Ravenclaw, si no se equivocaba, se despidió y alcanzó a sus amigas que la esperaban en la salida cuchicheando entre sí y lanzándole miradas poco discretas, bastó con acomodar sus lentes y una mirada de refilón para que el pequeño grupo se alejara entre risillas nerviosas y sonrojos. Contrario a la opinión popular, él no disfrutaba de la atención, al menos no como Ran, le gustaba sentirse importante, pero la imagen de fuckboy no encajaba con él, un "romántico del clóset" como diría Sanzu.

Hogwarts Revengers || Tokyo Revengers (BL)Where stories live. Discover now