Prefectos

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Koko arregló su corbata por enésima vez frente a un vidrio del pasillo. Su cabello cuidadosamente peinado y la insignia de prefecto brillaba junto a la de Slytherin.

— Debí teñirme el pelo de plateado como lo pensaba ¿Tu que opinas, Inupi? ¿Más perfume?

A unos metros, apoyado en la pared, Seishu Inui parecía debatirse entre el sueño y la vigilia.

— Akane no olerá tu perfume Dolce & Gabbana desde la mesa de maestros, Koko, si te echas más perfume solo lograrás atrofiar mi olfato.

— Tienes razón, probablemente hoy no logre hablar con ella — suspiró — así que al menos debo verme bien.

Akane Inui era 5 años mayor que ambos y el amor platónico de Koko. Ese año iniciaba su labor docente en Hogwarts en la asignatura de Adivinación. Kokonoi casi había saltado de la emoción cuando Seishu le dio la noticia.

— Estamos tardando, debemos dar buena imagen a los de primero.

— ¿A los de primero o a la profesora adjunta Akane Inui? — preguntó Inupi desinteresadamente.

Koko se acercó a su amigo de la infancia, su mejor amigo.

— A ambos — y como una rutina matutina comenzó a anudar la corbata azul de Ravenclaw —. Debo transmitir profesionalismo si quiero que los niños de primero se involucren en mi casa de apuestas — por último enderezó la insignia de prefecto en el pecho de Inupi junto al Águila de su Casa —. Listo, luces bien, Inupi.

— Supongo — respondió acostumbrado a los halagos de su amigo —, mi mamá es una Veela — una raza de semi-humanas remanentes de las sirenas que se caracterizaba por su impactante y poderosa belleza y encanto —, creo que nací "luciendo bien".

Compartieron una risa antes de encaminarse por los pasillos hacia el gran comedor. Su trabajo como prefectos comenzaba al terminar la cena así que no se volverían a ver por ese día.

— Suerte, Inupi, no vayas a enamorar a los de primero con tu encanto de Veela — apretó su hombro antes de dirigirse a su mesa.

— No soy yo quien tiene como coprefecto a Rindou Haitani, suerte a ti, además, las miradas iran a Akane, ella tiene más de Veela que yo.

Con un simple movimiento de mano Seishu se encaminó a la mesa de las águilas, dejando a Koko pasmado sin darse cuenta. Koko podía lidiar con los Haitani, eran sus socios comerciales. Pero no había considerado que desde ahora habría un montón de adolescentes que desarrollarían un crush en ella. No era celoso, pero de por sí la diferencia de edad era un desventaja, si Akane se fijara en un adolescente ¿podría ser él? Sacudió los pensamientos intrusivos de su mente, no era el momento.

Tomó asiento junto a Rindou, no era parte de Tenjiku ni de de Toman, era un hombre de negocios que mantenía buenas relaciones con ambos grupos. Pero compartía habitación con Rindou, Hanma y Sanzu, así que eran relativamente cercanos.

— ... Y por eso, estoy soltero otra vez — Sanzu arruinando otra de sus relaciones, nada nuevo, incluso podía imaginar que había pasado a grandes rasgos —. Aprovechen — concluyó guiñándole el ojo a Rindou que solo estalló en risas como el resto.

— Sigo sin entender que pasaba por tu mente cuando le agregaste hongos alucinógenos al almuerzo de tu ex suegra — preguntó Izana.

— La señora estaba muy tensa, solo quise aligerar el ambiente — se encogió de hombros como si fuera algo del día a día — Oye, Ran ¿ese es el nuevo perrito faldero de Baji que mencionaste? — preguntó señalando a un chico de Hufflepuff que entraba con Baji y Kazutora.

— Es más como un gatito, uno que recogió abandonado en el baño del tren — señaló sin mucho interés el de trenzas.

Sanzu lo miraba fijamente con una expresión que todos en el grupo sabían lo que significaba.

Hogwarts Revengers || Tokyo Revengers (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora