Hojas de té

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Lo que Chifuyu amaba más de su Casa eran las mañanas en la Sala Común. Toda su infancia había vivido solo con su madre, quien trabajaba de 5 am a 14pm, en una empresa que quedaba en el centro de Londres, a más de una hora de su casa. Aunque las tardes eran divertidas y tenían largas charlas antes de dormir, estaba acostumbrado al silencio por las mañanas, cuando los únicos sonidos eran el de sus pasos y el zumbido del refrigerador. Cuando ingresó a Hogwarts le costó acostumbrarse a compartir su espacio. Los ronquidos de Akkun, las caminatas nocturnas de Makoto y el sueño pesado de Hakkai. Al principio no estaba seguro de pasearse por la sala común en pijama y pantuflas, creía que los demás podrían considerarlo una falta de respeto. Pero pronto se dio cuenta que había terminado en la casa correcta. Las mañanas en Hufflepuff eran acogedoras. La sala común se encontraba en el sótano del colegio, por lo que la luz solar entraba por las ventanas superiores en la medida adecuada, temperando el ambiente mejor que en las otras salas, habían algunos sillones pero por alguna razón los Hufflepuff preferían acomodar los cojines en el suelo, no era raro encontrar a más de uno durmiendo sobre los cojines bajo una manta. Además, estaban cerca de la gran cocina y mantenían una buena relación con los elfos, así que todos los días tenían bocadillos exclusivos en la mesa central, perfecto para quienes despertaban tarde y debían partir corriendo a su siguiente clase con un pan bajo el brazo. No por nada era conocida como la Sala Común más cómoda.

— ¡Chifuyu!

En un sillón y con la túnica lista estaba Kazutora sonriente llamándolo con la mano levantada. Junto a él estaban Pah y Peh sus compañeros de curso que parecían estar contando monedas muy concentrados.

— Te ves mejor con el pelo desordenado — señaló con un ademán la ausencia del copete que uso ayer.

— Eso creo — con una sonrisa nerviosa rascó su nuca, definitivamente se sentía más cómodo sin todo el gel encima.

— Ellos son Pah y Peh, ya los conociste ayer.

— Sí, que tal, chicos — ambos chicos no levantaron siquiera la mirada, solo recibió un asentimiento en respuesta a su saludo.

— Ignoralos, están algo ocupados.

Con un gesto Kazutora les quitó importancia, pero la curiosidad de Chifuyu era grande, con cuidado asomo su vista sobre el hombro de Kazutora y casi se atraganta con su propia saliva al notar la bolsa de tela repleta de monedas, apostaría a que la mitad eran galeones de oro.

Kazutora notó su desconcierto y se apresuró en aclarar.

— No es nada ilegal... Bueno tal vez sí, pero nada grave, es dinero de Toman. Ahora que eres parte debes conocer un poco de los negocios — bajo del sillón y se acomodó en los cojines del suelo junto a Chifuyu —. Debes saber que nos dedicamos al contrabandeo de dulces y artículos muggles, nada dañino, es bastante rentable. En fin, Pah y Peh son los tesoreros, y ese dinero — señaló la bolsa de tela —, es nuestro capital para este primer trimestre.

— Pero ¿cómo compran dulces para abastecer un colegio entero sin que nadie sospeche?

— Ahí esta lo ilegal — el mayor hizo una mueca mientras escogía las palabras —. Tenemos un socio, que es socio de todo mundo en realidad. Es esa persona quien maneja todo el circuito comercial de Hogwarts. Consigue los precios al por mayor y manda los productos a una empresa fantasma, nosotros recogemos la mercancía cada cierto tiempo y él recibe una comisión — Chifuyu lo miró boquiabierto ¿podía existir un estudiante con tanto poder financiero? —. Se que no suena del todo agradable, pero algún día esa empresa dejará de ser fantasma y será de la Toman al cien por ciento. Seremos socios y formaremos algo grande, Chifuyu.

Chifuyu podía ver lo ilusionado que estaba Kazutora de tener su propia empresa con sus amigos en un futuro, y de seguro el resto de Toman también. Baji y Kazutora habían confiado en él sin conocerlo demasiado, y eso le entusiasmaba.

Hogwarts Revengers || Tokyo Revengers (BL)Where stories live. Discover now