Hogwarts Revengers || Tokyo Revengers (BL)

Selección

Baji amaba el quidditch.

Su madre, en el pasado cazadora de la selección inglesa hasta que una lesión truncó su carrera, era comentarista de partidos de quidditch, así que desde niño había tenido acceso gratuito a los palcos de la prensa en toda clase de campeonato, incluso mundiales. Alentado por ella, asistió desde niño a clubes deportivos, destacando como un cazador prometedor, gracias a sus excelentes reflejos, agilidad, puntería y manejo de la quaffle. En su primer año en Hogwarts fue invitado al equipo de Gryffindor, pero McGonagall se negó rotundamente en vista de sus notas apenas aprobatorias. Ahora, con dos años en el equipo, lo que más disfrutaba de la semana era pasar las tardes entrenando sobre su escoba, la sensación de romper el aire, la adrenalina al descender en picado y la manera en que su mano parecía haber sido diseñada para sostener la quaffle y lanzarla por el aro desde cualquier extremo del campo.

Aunque ese día en particular, no estaba disfrutando el entrenamiento tanto como quisiera.

Los últimos dos días de setiembre estaban destinados a la selección de jugadores. Cada capitán se encargaba de evaluar el desempeño de los miembros antiguos y de elegir a los nuevos seleccionados que remplazarían los puestos vacantes. Ese año Gryffindor necesitaba un golpeador y un guardián. Seleccionar a la guardiana fue relativamente sencillo, Bethany Fernsby de tercero era ideal, buena condición física y buen equilibrio sobre la escoba, características claves de una guardiana. Con una demostración rápida había conseguido el pulgar arriba de Mikey, su capitán y cazador. El verdadero problema era el golpeador faltante. Nadie, absolutamente nadie, se había presentado para el puesto. Y la razón, o mejor dicho, las razones, estaban sentados en las graderías a modo de burlonas advertencias. Los demoniacos golpeadores de Slytherin.

— ¿Puedo patearles el trasero? Voy a patearles el trasero.

— No — Draken lo sujetó del hombro impidiendo que se acerque a las tribunas.

Desde la altura, Ran Haitani lo observaba balanceando elegantemente su pierna izquierda sobre la rodilla derecha con esa odiosa sonrisa sarcástica en el rostro, como retándolo. Y a su lado, Rindou Haitani, con su clásica expresión estoica y arrogante, doblaba su muñeca hasta que el dorso de la mano tocaba por completo la piel del antebrazo, haciendo gala de su hiperflexibilidad.

Oh, las muñecas.

Él sabía lo que significaba ese gesto.

Los seis partidos estaban programados históricamente. En noviembre, inaugurando el torneo, se enfrentaban Gryffindor y Slytherin, partido considerado "el clásico". No era ningún secreto la rivalidad entre ambas casas, pero a ello se sumó la creciente enemistad entre Toman y Tenjiku, cuyos miembros se repartían principalmente entre leones y serpientes. No pasaron ni 10 minutos antes de que la masacre tomara forma. 

Las bludgers, que por naturaleza intentan derribar de sus escobas a los jugadores, surcaban el cielo con violencia y dirección clara, las muñecas de Baji y Draken. E incluso teniendo a Shinichiro y Lauren, sus golpeadores, volando a mil por hora, la dinámica del partido se puso en contra de Gryffindor. Tener a los golpeadores intentando protegerlos con sus enormes bates obstruía los pases y entorpecía los goles. Y aunque Mikey podía anotar 300 puntos él solo, las reglas establecían un tiempo límite de tenencia del balón. Rindou debió haber estudiado anatomía y arquería, porque tenía una puntería aterradora, sabía exactamente a donde apuntar para dislocar articulaciones de forma segura, y tenía experiencia en ello. Y Ran no se quedaba atrás, movía el bate como si de un tercer brazo se tratara, sin descanso golpeaba una y otra vez con la misma fuerza. Jugando limpiamente eran fuertes, más no invencibles. Sin embargo, Baji juraba que había visto a Ran murmurar sin parar durante todo el partido. Su equipo le había creído, sus amigos le habían creído, pero los docentes desestimaron su acusación a falta de pruebas. Supuestamente los balones estaban protegidos contra hechizos, aunque a Baji no le sorprendería saber que Ran era usuario de magia oscura, lo conocía desde que era un mocoso, y no confiaba en ese par.