Hogwarts Revengers || Tokyo Revengers (BL)

Tulipanes

El Lago Negro podía ser ampliamente descrito y elogiado, por su diversidad, su extensión, su misticismo o su historia, pero nunca había logrado ser posicionado en el Top 10 de lagos mágicos más hermosos del mundo. Durmstrang, por su lado, gozaba del privilegio de contar con cinco de sus lagos en dicha lista, y Beauxbatons, lucía en sus sala de trofeos el pomposo listón en reconocimiento por conservar en sus terrenos el lago mágico más hermoso. Inui conocía bien esa lista, y muchas otras del mismo rubro, pues su madre había participado en la elaboración de la mayoría de ellas. 

Pero a él le gustaba el Lago Negro, de la misma manera en que le gustaban todos los lagos. Su padre decía que era por su herencia de sirena en su sangre Veela, debía ser cierto, pues desde niño la cercanía con las cuencas de agua le traían una sensación de paz y añoro, como las cenizas de una vieja función vital. Si se ponía crítico, el Lago Negro no era la mitad de hermoso que el cristalino y surreal lago de Beauxbatons, el cual había visitado cuando de infante asistía a las ceremonias de Akane en su escuela. Su madre le había repetido que se arrepentiría de pasar siete años observando ese "pozo de agua" si asistía a Hogwarts en lugar de Beauxbatons, pero Seishu llevaba cinco años sin arrepentirse ni una sola vez. Le encantaba Hogwarts, lo encontraba bello a su manera, y sobre todo amaba el clima de rebeldía y libertad.

— El equipo más frágil es Ravenclaw, lo siento, Inupi — Senju a su lado lo miró con algo de tristeza.

— No te preocupes, Senju, no me interesa mucho el quidditch.

Estaban en su parte favorita de los jardines, una especie de pequeña bahía formada por pendientes que cercaban una entrada semicircular del lago. Estaba un poco alejado del castillo, casi lindando con el Bosque Negro, por lo que el resto de estudiantes desconocía de su existencia, o al menos no se acercaban, Koko y él habían descubierto ese rincón en su primer año, desde entonces era uno de sus dos principales puntos de encuentro, junto a la biblioteca. La geografía irregular cubierta de césped le permitía acomodarse en sus posiciones favoritas y tomar una siesta con el murmullo del agua de fondo, o simplemente pasar el rato alejados del bullicio habitual. A Koko le gustaba la tranquilidad de esa ensenada, pero no el contacto directo con la vegetación, así que llevaba consigo una manta o una escoba, o en este caso, su recién adquirida alfombra voladora.

A Inui le agradaba Senju, su animosidad y espontaneidad lo hacían sentir viejo a pesar de ser solo cuatro años mayor, era alguien entrañable. Así que no había dudado en invitarla a su lugar secreto para que pueda hablar cómodamente con Koko, quien desde el medio metro sobre el suelo que le brindaba su alfombra escuchaba abstraído.

— Entiendo — leyó una vez más sus apuntes antes de continuar —, su equipo ya está completo, pero no funciona como tal. No me sorprendería si antes del primer partido Yuzuha toma la capitanía y saca a Takeomi del equipo.

— ¿Dices eso de tu propio hermano? — Koko enarcó una ceja.

— Lo digo porque es mi hermano — la pelirosa suspiró y abrazó sus rodillas —. Takeomi es nostálgico, se aferra a la gloria del pasado y se vuelve irritable cuando éste se desliza lejos de su alcance. Es un buen estratega, pero tardará en reconocer que el "tridente de cazadores" ya no existe. Yuzuha no tiene mucha paciencia, así que de seguro habrá roces entre ambos, el equipo preferirá a la guardiana estrella antes de alguien que intenta revivir la vieja gloria. 

Seishu podía dar fe de ello, los últimos días Yuzuha regresaba de los entrenamientos molesta. Le pareció curiosa la expresión de Senju al hablar de su hermano, desde que comenzó a perseguir a Koko en busca de empleo, Inui había sospechado que no sostenía una estrecha relación con sus hermanos mayores. De los dos, parecía llevarse mejor con Sanzu, en cambio, había notado en más de una ocasión que evitaba encontrarse con Takeomi, parecía incluso más cercana a los amigos de éste que a él.