🌷 nineteen 🌷

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ese dolor de cabeza persistía, los mínimos ruidos le hacían doler la cabeza por mayor y estaba a punto de arrancarsela.

Jisung estaba recostado en la  pared, con sus piernas extendidas sobre la cama, acariciando con cuidado y suavidad el cabello de Hyemin, quien mantenía sus ojos cerrados y de a ratos de quejaba por alguna punzada.

---- ¿por qué no vamos al hospital..? - preguntó susurrando - no, vamos.

---- estoy bien, ya pasará...- tomó la muñeca del pelinegro - ¿podrías quedarte? 

¿cómo podía negarse? Jisung no era tan fuerte como para decirle que no. Solo volvió con sus mimos, tarareando alguna canción que primero vino a su mente.

---- de seguro todo esto es porque ya empezarán las clases..- habló Hye - mis padres, las notas, el fin de las vacaciones..- abrió un poco sus ojos, mirándolo desde abajo - nosotros.

---- todo estará bien, confía en mí..- acarició su mejilla - no te pasará nada malo, ¡vivimos cerca! puedes venir cuando quieras.

---- no lo sé...algo me inquieta. 

---- para ser sincero...también estoy nervioso, pero...algo me dice que todo saldrá bien.

---- ¿le pediste a Donghyuck que te lea las cartas? - carcajeó suavemente -

---- no..- sonaba dudoso - sé que en esta vida tenemos que conocernos. Espero que no falte mucho para eso..

Hyemin frunció el ceño, observando a Jisung con confusión. Él le devolvió la mirada, sonriendo con dulzura.

---- ¿fa-falte? 

cerró sus ojos, molesta por la repentina luz extremadamente blanca que comenzó a brillar detrás de Jisung. Desesperada, se sentó correctamente, sintiendo al chico a su lado.

---- Park Jisung, no lo olvides, ¿eh? - pellizcó su mejilla - cuídate, Hyeminnie.

---- Ji-Ji..- intentó gatear hasta él, pero ya todo era blanco - ¡Jisung!

el aire comenzaba a fallarte, no podía tomar la mano de Jisung, no lo veía, ya no lo escuchaba, ahora tampoco podía hablar. Su garganta dolía demasiado, su estómago comenzó a dar punzadas horrendas.

de pronto, la luz se apagó, dejándola en una oscuridad tenebrosa para ella, ¡no entendía nada!

quería llorar, pero las lágrimas no salían. Quería gritar, pero parecía no tener voz. La desesperación estaba consumiéndola, pero escuchó la voz de su madre.

---- Hyemin, por favor...

pudo ser capaz de abrir sus ojos, tirando su cuerpo hacia adelante, dando una gran bocanada de aire. Llenó sus pulmones, sintiéndolos arder.

como si no hubiese respirado hace mucho tiempo...

al poder enfocar la vista, vio la típica sala de hospital, de color blanco, con olor a alcohol etílico y látex, limpio y silencioso. 

sus padres estaban a su lado, la mujer lloraba, intentando abrazar a su hija pero un médico se interpuso, acercándose con una sonrisa amable.

---- Hyemin, ¿como te sientes? - sacó una linterna pequeña, parecía una lapicera - ¿puedes seguir la luz un momento?

sin emitir palabra alguna, sus ojos se movieron en dirección a la luz, parpadeando cuando esta se apagó.

---- soy el doctor Lee Taeyong. - se presentó con amabilidad - ¿quieres hablar de lo que pasó?

asintió, murmurando un pequeño "sí"

---- ¿quieres que tus padres estén presentes o...?

su padre miraba con pena a su hija mientras contenía a su mujer, asintiendo en su dirección cuando le pidió que se vayan.

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