La estafadora resultó estafada II

147 33 0
                                    

Una vez fuera de la sala me apresuré a atravesar la puerta, ahí estaba Xiomara alzándose una cola de caballo y a su lado un chico aparentemente menor, con una tez bronceada y labios pequeños. Ante él tenía un equipo portátil en el que apretaba el cursor como si fuese una campana de hotel.

—¿Qué hace él? ¿está hackeando algo? —le pregunté a Xiomi.

—Solo estoy jugando LOL —respondió el muchacho.

—¿Jugando LOL?

—Sí, LOL. Ya terminé de buscar lo que Xiomara me pidió, por cierto, ¿quién me paga? —preguntó prepotente.

—Lo siento, es un engreído, pero es el mejor de su especialidad —se disculpó Xiomi.

—¿Cuánto eso? —preguntó de atrás Nicolás.

—Tres billetes —respondió el muchacho.

—¿De diez? —volvió a preguntar Nicolás con la billetera en la mano.

—De a veinte —le extendió la mano.

Claro que para Nicolás esa cantidad de dinero no era tan importante, pero para personas como yo que no teníamos una fuente de ingresos inagotable era bastante, además, todo era su culpa así que estaba bien que pagara.

El muchacho tomó su computador y lo introdujo en su mochila, para luego despedirse asintiendo con la cabeza y salir de la sala sin ruido.

—¿Cuál es la información que encontraste? —le pregunté rápidamente a Xiomara.

—Bien, primero que todo tienes que saber que la persona detrás de las acusaciones no es el idiota detrás de ti.

—¿Disculpa? ¿y tú quién eres mocosa? Deberías tener cuidado como le hablas a tus mayores —le respondió él con mal carácter.

—Como te decía Dayanne, no fue el idiota bocón detrás de ti el que publicó las fotos —volvió a decir al parecer sin arrepentimiento—. La verdad no tengo ni la menor idea de quien fue, pero tengo la dirección; sé que no fue él porque obtuve su dirección de los registros escolares y no queda para nada cerca de su sector.

—¿Tú puedes acceder a eso? ¿quién eres mocosa? Podría denunciarte a los directivos de la universidad por mal uso de datos.

—Perdón Dayanne —dijo mientras se volvía levemente para dirigirse hacia Nicolás—. Soy la persona que dirige la página de la universidad, no tengo acceso a los datos, pero pedí a alguien de adentro un poco de información sobre ti. Ah, deberías cuidar tus palabras y darte cuenta de que te estoy ayudando, idiota; si sigues molestando simplemente no haré nada para que Dayanne demuestre que todo es tu culpa.

—Está bien, está bien —le respondió él sumiso.

—Ustedes no peleen y por favor Xiomi dime pronto la dirección, se está oscureciendo —agregué.

—¿Vas a ir ahora ya? Queda bastante lejos de aquí y está casi totalmente oscuro, buses tampoco deben haber —dijo sorprendida.

—Las cosas que se dejan para más tarde se escapan o deforman, así que iré ahora suponiendo que tengo un chofer dispuesto ¿verdad? —pregunté a Nicolás.

—Seguro, vamos.

—Yo también quiero ir, vamos ahora y en el camino les doy la dirección —interrumpió Xiomi expectante a la respuesta.

No vi ninguna razón como para que ella no debiese ir, después de todo se había dado el trabajo de buscar información, y además ya me sentía un poco culpable por haber pensado mal de ella cuando sospeché que Nicolás sabía mi plan desde el principio.

Desertores del GehennaWhere stories live. Discover now