CAPITULO XL

1K 80 2
                                    

Nos dicen desde que somos pequeños que ocultemos aquello que no nos gusta de nosotros mismos muy dentro nuestro. Sé que no soy la única que ha perdido tanto tiempo intentando ser alguien más. Bueno, pues ya no más.





Tenía hambre, mucha hambre.


Antes no se hubiera permitido comer.


Pero ahora le valía mierda que llegaran a pensar de él.


Era un poco tarde, pero para la tienda de donas no, estaba abierta hasta altas horas de la noche.


Y pensar en una dona ahora había causado que su estomago gruñera por una.

Miró sus bolsillos en busca de su billetera y ahí estaba.


Reviso si tenia dinero suficiente, y sonrió al ver que si.


Hacía un poco de frió y una dona con una taza de café le vendría bien.


Camino hasta el establecimiento abriendo la puerta y haciendo que esta deje sonar un leve tintineo dando a entender que alguien había ingresado.


Busco con la mirada un lugar vació donde poder sentarse.

Encontró uno cerca a la ventana y se dirigió hasta ahí.


Apenas unos minutos despues una joven se acerco a anotar su pedido.


Pidió un café y cuatro donas para llevar. La joven asintió y entro a traer lo que había ordenado.



Salio del lugar con una bolsa de papel donde estaban las donas en una mano y la otra sosteniendo el vaso de café. Abrió la puerta de su hogar con un poco de dificultad y entró.


Estaba pensando en llamar a Louis para que lo ayude a comer las deliciosas donas que hace minutos había comprado cuando su teléfono comenzó a sonar.

Hunger- Larry Stylinson.  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora