Capítulo VIII

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Tú puedes hacer cualquier cosa, sólo prométeme que no te cortaras. Sé que tú corazón esta herido, que crees que el camino no tiene fin. Sólo puedes sentir que la cuchilla que sostienes es tu única amiga. Pero, no te cortes, cariño, no te cortes. Tú puedes hacer cualquier cosa, sólo prométeme que no te cortaras. No estas sola.



( Tres años atrás.)

Se podían escuchar las risas y susurros provenientes del pasillo.

Todos estaban concentrados en sus propias cosas.

Un chico de rizos desordenados y ojos verdes ya estaba acostumbrado a lo que vendría.

Jaladas de cabello y empujones, junto con insultos que prefería y su mente decidió no recordar.

Cada una referido a su cuerpo.

Cada día que pasa se viene abajo con su autoestima.

Todos los recesos en el aula de clases, solo, llorando.

Cada día la misma rutina, golpe tras golpe era depositado en su suave y blanca piel.

Cada noche en la oscuridad de su habitación, su única compañía era el diario que poseía, su único amigo y su única forma de decir lo que siente.

El único que aún seguía ahí.

Cada día una pesadilla.

Cada día unas cortadas más.

Cada día la soledad aumenta.

No tenia una razón que lo haga salir de esto.

Nunca tuvo una.

Pero llegaría alguien que intentara cambiar eso.

Hunger- Larry Stylinson.  (Editando)Where stories live. Discover now