Girasoles

🌻;; 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟾

❝ Siempre que te veo, me vuelves a gustar como la primera vez. Me enamoras una y otra vez, y jamás me cansaré de eso. ❞

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𝙼𝚊𝚛𝚝𝚎𝚜

Me desperté con cansancio por la noche de ayer. Después de que Mephiles apareciera en el preciso momento en que estaba con María, me dijo que en la noche iríamos a Moebius. Estuvimos Espio, Mephiles y yo en esos barrios para hacer nuestro siguiente movimiento, recibir información de Scourge.

No nos fue tan mal, logramos encontrar a esa chica Rosy The Rascal, la chica que había hablado con Scourge por teléfono. Lo que si nos complicó fue que esa eriza es un hueso duro de roer. ¿Quién carajos guarda un mazo verde en el armario para asesinar? Me había golpeado en la espalda.

Pero por suerte Espio consiguió convencerla de que nos dijera dónde estaba Scourge. Se encuentra también en ese vecindario, y su casa no estaba tan lejos de la de ella.

Así que, mañana tratariamos de planear el siguiente golpe que daríamos había el erizo que nos lleva dando vueltas al asunto.

Cómo sea, vengo de desayunar en casa para irme trotando al gimnasio de Knuckles, mi nuevo lugar de trabajo. Utilizaba una camisa deportiva de color rojo oscuro, pantalón deportivo negro y unos Nike que casualmente tienen los mismos colores de mis zapatos que normalmente uso.

Al ver que mi destino estaba cerca dejé de trotar, había parado frente a la puerta de cristal para luego entrar y ver que ya habían unos dos o tres jóvenes entrenando.

─ Buenos días, Shadow. ─ Me saludaba Knuckles desde el escritorio que estaba al costado de la puerta.

─ Hola... ─ Saludé cortante. Él asintió a mi saludo, estaba acostumbrado.

─ Ok, esto es lo que harás. ─ Llamó mi atención mientras se acercaba a mi con una tabla y unos papeles. ─ Sabes que soy entrenador, ¿No?

─ Sí, ¿Eso en que respecta?

─ Quiero decir que necesito que me ayudes en esa área. Quería abrir la sección de mujeres pero me hacía falta un entrenador. ¡Ahí entras tú! Genial, ¿No?

Creo que voy entendiendo. Hace dos meses decía que quería abrir la sección femenina pero le hacía falta un entrenador. Y los únicos capaces eramos Knuckles, Sonic y yo. Knuckles le había ofrecido el trabajo a Sonic, pero él ya estaba ocupado con sus hermanos y su banda.

Recuerdo que también me ofreció el empleo, pero estaba sumamente ocupado en G.U.N., pero aquí estoy. ¿Qué más puedo hacer?

─ Entonces, ¿Cuento contigo? ─ Cuestionaba golpeando el bolígrafo contra la tabla de madera que sostenía sus papeles.

─ Sí. ─ Fue lo único que pude responderle, viendo que el equidna se alegraba que me dió un amigable golpe en el hombro.

─ Está bien, yo me encargo de los chicos. Tu sección es a la derecha. ─ Me indicó mostrándome la otra mitad del gimnasio, mirando a unas tres chicas hablando mientras hacían ejercicio. Mhmp, nada mal para un primer inicio.