🌻;; 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟹

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❝ Una simple sonrisa tuya es lo que necesito para comportarme como un completo idiota. Porque, cariño, soy un tonto para tí. ❞

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𝚅𝚒𝚎𝚛𝚗𝚎𝚜

─ Vamos, inténtalo otra vez. ─ Le pedía cruzado de brazos a la guepardo que golpeaba con todas sus fuerzas el saco de boxeo.

Eran las nueve y quince de la mañana, me encuentro en el gimnasio de Knuckles trabajando como en todas las mañanas. Algunas veces hasta me colma la paciencia porque vamos, las chicas a las que entreno no me la ponen nada fácil.

─ Agh... E-Estoy cansada... ─ Expresaba jadeando la guepardo, cuyo nombre es Sunset. Ella volteó a verme con sus ojos de color verde caribe, sonriendo de lado de manera maliciosa. ─ Mm... ¿Y si me da algunas indicaciones?

─ ¿No es lo qué estoy haciendo? Ya te he dado varias indicaciones, Sunset. Deberías golpear de mejor manera ese saco. ─ Expliqué de manera firme pero directa.

─ ¡Ya lo sé! Pero... Me gustaría que mi entrenador favorito me diera una demostración. ─ Había alzado una ceja con mi típica expresión seria en mi rostro. Ella se encontraba ruborizada mientras movía su cola de forma lenta. Algo planea. ─ Lo que digo es, ¿Y si usted se coloca detrás de mi, toma mis muñecas, y me muestra la manera apropiada de golpear el saco?

Mi frente se había arrugado mucho más al escucharla. Ya entendí su juego. Quería que me colocará detrás de ella para que sintiera su cuerpo contra el mío. Y yo que pensé que Scourge era el pervertido.

Ahora que lo pienso, estoy seguro que si le presento a Sunset, la amará.

─ ¿Y bien? ─ Insistía la guepardo con una mirada suplicante, viéndose sus ojos verdes caribe brillar.

─ Un suspiro de resignación se escapó de mis labios. Digo, ¿Qué puedo perder? Necesito esos 50 rings para recuperar mi moto, y eso sucederá hoy. ─ Está bien. Pero te pido que te concentres y sigas mis instrucciones.

─ Claro, entrenador. ─ Aceptaba ella con una sonrisa burlona y un pequeño toque de coqueteo en su voz. Agh, acabemos con esto.

Me había puesto detrás de ella, juntando su espalda a mi pecho y tomando sus muñecas con mis manos. Pude ver en el rostro de la chica que una sonrisa se formó en sus labios y un pequeño rubor había tomado territorio en sus blancas mejillas.

─ Muy bien, Sunset, ¿Lista? ─ Ella había movido su cabeza de manera afirmativa. ─ Lo primero que harás es poner tus manos en forma de puños. ─ Pude ver que ella realizaba mi orden, cerrando sus manos en forma de puños. ─ Ahora vas a separar tus piernas un poco. No consigues nada teniendo las piernas juntas.

─ Entiendo. ─ Decía ella pensativa, separando un poco sus piernas.

─ Muy bien. Ahora, escucha bien, para golpear debes alinear el punto de impacto de la mano con el antebrazo. De lo contrario puedes lesionarte la muñeca. ─ Explicaba para que mi estudiante pudiera comprender, sintiendo que ella juntaba su cuerpo más al mío. Eso me había hecho rodar los ojos. ─ La parte con la que debemos golpear el saco son los nudillos.

─ ¿Con los nudillos? ─ Cuestionaba ella confundida.

─ Sí. Porque con lo primero que golpeas el saco, son los nudillos. ─ Le respondí, tomando con cuidado su muñeca para dirigirla hacia el saco, golpeando el mismo con los nudillos que estaban cubiertos con unos guantes de boxeo. ─ Es por eso que al darle soporte a las muñecas ayuda a prevenir las torceduras y mantener comprimidos y en su lugar a los pequeños huesos de las manos para que no se rompan.

GirasolesWhere stories live. Discover now