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La noche anterior Steve había abierto su corazón a Eddie, le había dicho cosas que no pensó decirle, cuando Eddie había regresado de Springfield con la única persona que se comunicaba era su tío, obviamente y con Dustin. Nunca pudo hablar con él como anoche.

El sol y la calidez se filtraban entre las telas que se encontraban sobrepuestas en la ventana, con pereza abrió sus ojos y se encontró con unos pequeños ojitos y unos brazos rodeándolo por la cintura, no sabía cómo de estar en un extremo de la cama pasó a estar en medio de esta.

Podía sentir la respiración del pelilargo pegando en su espalda y los ojitos de Dustin aún se veían adormilados, debía despertar a Eddie para empezar a arreglar las maletas, pero pensó en dejarlo dormir un poco más.

Quito los brazos que yacían descansando en su cintura y se levantó, cargó a Dustin hasta la sala y prendió la tele, lo dejó sentado en el sofá mientras él hacia una llamada.

-Buenos días, ¿señor Munson?, bueno, como sabrá Eddie, Dustin y yo iremos a la casa del lago de mis padres. Me preguntaba si podría traerle su ropa y su guitarra a Eddie.

-Hijo, sabes que mi chico ya no toca la guitarra…no desde ese incidente.
-Y-yo lo sé, pero en serio él, yo…yo puedo hacer que el vuelva a tocar- suspiró- por favor, deme una oportunidad y dele una oportunidad a Eddie, yo sé que el Eddie Munson que todos conocíamos volverá señor.

-En unos minutos estoy allá- colgó.

Se acercó a Dustin y se sentó a su lado recibiendo una mirada confusa del pequeñín.

-No me veas así, sé que Eddie anhela volver a tocar la guitarra…ahora, solo queda esperar a que el abuelo traiga las cosas de Eddie.

A los minutos el timbre sonó y Steve se paró a abrir la puerta, al abrir vio a Wayne sosteniendo una maleta y la guitarra en su funda.

-Buenos días señor Munson, lamento hacerlo venir tan temprano.

-No te preocupes chico.

Pasaron al interior de la casa y en realidad Steve había olvidado que Dustin se había convertido en un niño pequeño y para colmo estaba sentado en la sala viendo alguna caricatura.

- ¿Y ese niño Steve?

-mhm yo, bueno, nosotros- entró en pánico, como le diría que era el adolescente que su sobrino frecuentaba.

-Steve- toco su hombro- puedes decirme lo que sea, después de lo de esos fenómenos nada me puede sorprender…

- ¿Gusta un café? - le dio una sonrisita

-Entonces… ¿ese chico es Dustin Henderson?

-Así es, no sabemos cómo pasó, solo un día los chicos nos llamaron a Eddie y a mí y nos dijeron sobre lo que ocurrió- tomó un sorbo de café.

-Bueno chico- se fijó en el reloj de la pared- creo que es hora que vaya a trabajar, ¿podría ver a mi niño…?

-Claro, claro, por acá- Steve cargó a Dustin y camino por el pasillo con Wayne pisándole los talones.

Entraron en silencio a la habitación donde Eddie aún seguía durmiendo y Wayne se acercó a Eddie y le dio un beso en la frente, seguido de acomodar un mechón rebelde tras su oreja.
Wayne le sonrió a Steve y salieron al portón.

-Harrington, sé que vas a cuidar muy bien a Dustin y a mi sobrino. También noté tu mirada cuando lo viste dormido, ¿debería de empezar a llamarte yerno? - se rio el mayor y se fue en su coche dejando un Steve confundido y rojo hasta el cuello.

Le dio de desayunar a Dustin y lo dejó en la cama con un (aún) dormido Eddie y se propuso a hacer las maletas.

Tomó la guitarra de Eddie y la metió al maletero y encima puso unas sábanas para que no fuera visible a vista de Eddie al momento de meter las maletas.
Para cuando entró a la casa Eddie se encontraba comiendo junto a Dustin en su regazo.

-Sabes DusDus, hoy soñé muy bonito y por primera vez en dos años no tuve algún tipo de pesadilla o algo que me asustará…tal vez tú y Stevie son mi mejor medicina, solo que shh- hizo una seña con su dedo y boca- si recuerdas todo esto cuando vuelvas a tu forma original no se lo digas a Stevie…me molestará por el resto de mis días.

Steve decidió volver a salir y volver a entrar haciendo más ruido al entrar.

-Veo que ya despertaste bella durmiente- recibió una mirada sonrojada de Eddie.

-Sí, ya desperté, el príncipe azul no necesitó besarme.

-Y-yo, necesito hacer las maletas- Steve salió corriendo de esa situación.

-Papi es muy lindo…pero muy vergonzoso- le dijo a Dus.

- ¡Por cierto haz tus maletas, mañana salimos por la mañana!

-Él… ¡Diooos! - se tapó la cara con ambas manos- él realmente es tan lindo, Dus, nunca pensé decir esto, pero creo que traigo pedos atorados, creo que Steve hace que me vuelva un estúpido cuando estoy con él.

Cargó a Henderson hasta la habitación de Steve y vio la caja donde la ropa de pequeño de Steve estaba. Empezó a escoger lindos conjuntos para Dustin, camisas, pantalones, shorts, calcetas, y algunas sudaderas por si acaso hacia frio o le llegaba a dar.

Steve por otra parte estaba sonrojado, aún pensaba en las palabras del pelilargo, ¿Por qué era tan lindo?, espera, él había bromeado, Eddie había bromeado, una sonrisita traviesa se escapó de su boca, con una almohada se tapó el rostro y soltó un pequeño grito.
Mañana sería un gran día.

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Les juro que cada que escribo un capítulo es siempre un sentimiento diferente, los capítulos se escriben desde el fondo de mi corazoncito y me alegro mucho que le estén dando mucho apoyo a esta historia, muchas gracias gente lindisima.
Por cierto, hoy más tarde publicaré otra historia, pero esta será de one shots e igual misma categoría, strangers things.

Psdt: les quiero un montóooon<3

Pequeño Dustin. [Steddie]Where stories live. Discover now