Capítulo 9

1.7K 119 22
                                    

¡Joder! ¡Que alguien apague ese maldito sonido! Intento abrir los ojos, pero el dolor es tan fuerte que me hace vomitar. Unas manos frescas de mujer acarician mi frente, pero no consigo ver a su dueña. Vuelvo a tumbarme en la cama, pero el maldito sonido no cesa. Intento dormir, pero el dolor que siento en la cabeza es insoportable. Intento hablar... pero las palabras no salen de mi boca. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo moverme? Poco a poco el dolor va remitiendo. Me siento tan cansada...

Abro los ojos para encontrarme en una sala de hospital. Tengo un tubo atascado en la garganta y otro en la nariz. Intento mirar alrededor, pero solo veo sombras en la penumbra. Una mesa, lo que parece ser un ramo de flores... y una silueta descansando en el sillón. ¿Qué ha pasado? Lo último que recuerdo es estar en el incendio de Park Avenue, un hijo de puta demasiado inteligente. Recuerdo que el edificio explotó, pero... ¿acaso estaba aún dentro? No puedo hablar por el tubo, así que intento hacer algo de ruido con la mano, pero la aguja que tengo insertada en el torso me hace gemir.

La silueta del sillón se levanta de un salto y se acerca a mí. ¿Lauren? ¿Qué demonios hace aquí ella?

—¡Gracias a Dios! —susurra— El médico creía que no saldrías nunca del coma.

La miro sin comprender. ¿Coma? ¿Cuánto tiempo llevo aquí postrada?

—Llevas un mes aquí —dice adivinando mis pensamientos y acariciándome la mejilla—. Iré a llamar al médico.

Veo a Lauren salir de la habitación, e intento recordar qué demonios ha pasado para que se vuelva tan cordial. Creo que la última vez que nos vimos tuvimos una discusión bastante fuerte, no entiendo por qué ahora está tan amigable. La dueña de mis pensamientos vuelve unos minutos después seguida de un hombre de unos cincuenta años.

—Bienvenido al mundo de los vivos, señora Cabello. Ahora voy a quitarle el tubo de la garganta para que pueda hablar. Le dolerá un poco, pero pronto se sentirá mejor.

¿Un poco? ¡El hijo de puta no sabe de lo que habla! Siento arder cada centímetro de plástico que sube por mi garganta, y no puedo evitar que se me salten las lágrimas del dolor. ¡Me cago en la puta! Cuando termina su tarea, examina mis ojos, mi pulso y el latido de mi corazón, y le hace una señal a la enfermera para que inyecte algo en la vía, posiblemente un calmante.

—Su esposa está recuperándose, señora Cabello. Ahora vamos a sedarle, porque necesita descansar. Los daños fueron importantes, y no podemos arriesgarnos a que se produzca un nuevo coágulo.

—Muchas gracias, doctor —contesta Lauren.

Espera, ¿qué? ¿Cómo que su esposa? ¿Señora Cabello? ¿Qué cojones me he perdido? Intento hablar, pedirle una explicación de lo que acaba de ocurrir, pero mi boca no responde. Mis ojos se cierran sin quererlo, y antes de que el pensamiento se borre de mi mente vuelvo a estar dormida.

—Se pondrá bien, Lucy, es una tía fuerte.

Es la voz de Verónica. Abro los ojos para ver a mi amiga sentado a los pies de la cama, y a Lucy sentada junto a mí, en una silla, sosteniendo mi mano entre las suyas.

—Hola, guerrera —susurra ella con lágrimas en los ojos—. Nos has dado un susto de muerte.

Miro a mi amiga sin comprender.

—Después de la explosión del incendio de Park Avenue, te golpeó un trozo de hormigón en la cabeza. Estuviste a punto de palmarla, colega. No vuelvas a darnos un susto como ese.

Alargo la mano para tocarme la cabeza, pero está vendada por completo.

—Tuvieron que ponerte varias placas para reconstruir el cráneo, estás viva de puro milagro.

Ardiente Pasión - Adaptación Camren G!PWhere stories live. Discover now