Capítulo XVI

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En honor a Yata

Mientras el rey se despedía y le indicaba a su hija que le mostrara el castillo. Todos los que estaban conectados al sueño de Rodaric se encontraban mirando con asombro el lugar; para ellos era más impresionante el piso de piedra finamente pulido, los pilares revestidos del más inusual mármol y adornos de oro. Gente con ropa antigua, armaduras, espadas y cosas que en su tiempo solo veían en películas y museos.

Pero a pesar de todo no podían verse entre ellos, al igual que Rodaric, nadie dentro del sueño tenía cuerpo, eran entes etéreos, sin materia ni luz visible. Como en los primeros juegos de realidad virtual, donde te movías por un entorno sin poder verte a ti mismo. Y eso no le agradó a Moliac.

En el sueño todos se retiraban del salón, el rey se metió por la puerta detrás de los tronos y la princesa comenzaba a levantarse de su asiento para hablar con Yata.

—Es un placer conocerlo, mi nombre es Saki, lo vi luchar contra los vampiros, me impresionó que ellos no pusieran resistencia, sin embargo, no puedo olvidar lo malo que fueron sus movimientos en el combate, es claro que nunca lo entrenaron correctamente —dijo sonriendo un poco con la intención de crear una buena plática y el guepardo que acompañaba a la princesa se levantaba con suavidad y sigilo para luego sentarse a los pies de su ama mirando fijo a Yata.

—Así es, estaba en una escuela de guerreros de elite, pero eso fue cuando tenía apenas trece años, recién iniciaba mi entrenamiento y atacaron mi imperio —respondió mientras ella comenzaba a caminar sin perderle la atención y Yata se apartaba un poco del guepardo.

—No te hará nada, solo ataca si se lo ordenó. Sígame, le mostraré su cuarto.

Ambos caminaron por algunos pasillos, platicaron un poco, Yata comenzó a contarle toda su historia y Saki estaba muy impresionada por todo lo que le pasó, no podía creer que alguien pudiera vivir algo así.

—Sabes, mi vida también es trágica, pero no tanto como la tuya, yo también perdí a mis verdaderos padres, fue el rey quien me adoptó por ser hija de su hermano. Pero si algo puedo decirte es que todos vimos dos vidas. Una es nuestro pasado, que recordamos todos los días y la otra es la que aún no vivimos y esa es la que importa —comentó mirando a Yata con una sonrisa y él lo miraba a ella muy impresionado, lo que dijo fue como una bofetada al corazón que le hizo reflexionar y cambiar su modo de pensar.

—Es la primera vez que alguien me dice algo tan profundo. Me ha servido mucho.

—Me alegra que fuera de ayuda, el cuarto está por este pasillo, pero cuéntame ¿Qué se siente ser el elegido?

—No me gusta la idea, siento que es la causa de todos mis problemas —dijo bajando la mirada.

—No confundas las cosas, ese pasado trágico fue culpa del mal y tú eres la luz del mundo. Toda mi vida me han contado lo afortunada que fui por nacer el mismo día que tú, he soñado con ser la elegida y si algo me molesta es que tú no matarás a Kanel cuando lo tenías frente a ti.

—Estaba cansado, no podía dar un paso más.

—Yo creo que te hacía falta entrenamiento, solo mírate, 21 años y con ese cuerpo flaco y escuálido. Quizás no tenías suficiente odio, quizás la muerte de tus padres no pesaba tanto para ti.

—¡Cállate! No tienes la menor idea —dijo con lágrimas acumulándose en sus ojos.

—Lo siento, entenderás que ocho años de oscuridad y guerra pueden afectarte mucho.

—Para mí solo han pasado días, después de volverme esta especie de vampiro raro me quedé dormido por ocho años.

—Estado de letargo, eso explica muchas cosas, afortunadamente sólo fueron ocho años, pudieron ser muchos más; bueno, este será tu cuarto, te puedes bañar y vestir, tenemos ropa muy elegante —dijo acercándose a Yata y con su mano movía de lado a lado la tela del hombro de Yata, como indicando que su ropa era horrenda, y lo era, era del armario de uno de los profetas del templo de su imperio.

Courband: La Noche EternaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang