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Al amanecer cierta pelirroja abrió sus ojos por primera vez en el día, extendió su brazo con el fin de poder sentir el cuerpo de su amado, frunció su ceño al no sentirlo, se sentó en su cama y talló levemente sus ojos con confusión.

Cuando sus ojos se adaptaron a la luz de su habitación miró a los lado para ver si podía encontrar algo que tuviera que ver con el paradero de su pareja, y así fue, en el escritorio donde ella estaba la noche anterior se encontraba el dueño de sus suspiros de amor.

— ¿Kosair? — lo mencionó, el rubio al escucharla se dio la vuelta dejando de lado los papeles que anteriormente revisaba para poder apreciar a su amada.

— Mi adorada princesa, estas preciosa — halagó causando un rubor en las mejillas de la menor.

— Gracias... — murmuró nerviosa, analizó a su pareja y recayó en los papeles que este tenia en sus manos — ¿que haces? — preguntó mientras se bajaba de su cama dispuesta a acercarse.

En el momento en que la princesa quedó a una centímetros del Trovi este se puso atrás de la menos y rodeó su cintura con sus brazos.

— Cuando desperté una carta de Einar cayó en mi cara — empezó a explicar mientras señalaba un sobre del escritorio — quise dejarlo aquí pero vi estos papeles... supuse que los analizabas por que serán nuestros compañeros de batalla, así que hice lo mismo, la mayoría tiene fuertes habilidades...

— Alto — detuvo la pelirroja tras entender bien lo que el rubio decía, se dio la vuelta aun en los brazos de Kosair, este la miró atento — ¿dijiste "nuestros compañeros"? — preguntó.

Una sonrisa se formó en los labios del mayor y subió una de sus manos a la mejilla de la menor para acariciarla.

— Voy a pelear en esa guerra, a tu lado — aseguró, los ojos verdosos de la princesa brillaron con preocupación.

— ¡No! No puedes, es peligroso, yo...

— Ey — la llamó mientras agarraba el rostro de la menor con sus manos — tu amas a tu pueblo, por ello lucharás...

— Kosair tu no...

— Yo te amo a ti, por eso lucharé.

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Tras un tiempo juntos donde conversaron acerca de la guerra, en donde Kosair se negó a dejar sus planes de participar, la pelirroja se dio un baño y vistió para después teletransportarse junto a su pareja a la habitación del mayor, pero antes de ello robaron comida de la cocina Real para desayunar.

Mientras la princesa ingería sus alimentos el Trovi se dedicaba a cepillar el cabello de su amada con mucho cuidado.

— ¿Lord Kosair? — una voz femenina se hizo escuchar después de unos golpes en la puerta, la pelirroja miró confundido a su pareja, el cual se encontraba de igual manera.

— No se quien es — le susurró.

— ¡¿Lord Kosair?!  — una voz masculina se hizo presente, el rubio suspiró con cansancio al reconocerlo.

— ¡¿Como se atreve?! — la voz femenina habló con enojo, la pareja de enamorados se vio confundida.

— Creo que Navier está afuera — susurró la pelirroja — ¿vamos? — preguntó, pero al recibir una respuesta negativa frunció el ceño — ¿por? 

— No quiero afectar a mi hermana, sabes como era mi reputación en Oriente, no quiero que suceda lo mismo aquí — confesó el mayor, la menor se puso de pie y acarició la mejilla de su amado.