- Cap. 10 -

93 13 1
                                    


╔═══❖•ೋ° °ೋ•❖═══╗

A los pocos minutos Towa despertó, se levantó y vió su mano, todavía tenía la sensación de la mano de Riku en ella. ¡Ya! Debía dejar eso para después, así que tomó su espada y salió de la cabaña en busca de Setsuna. Tenían una misión pendiente. 

- ¡Setsunaaa! ¡Setsunaaa! _ La albina buscaba a la castaña por todos lados, pero no estaba allí. Hasta que sintió que alguien entraba a la cabaña de los exterminadores. ¡Eran Kohaku y Setsuna! 

- ¿Me llamabas, Towa? 

- Setsuna, necesito que vengas conmigo al Árbol de las Edades, ahora. 

- ¿Qué? 

- Por favor. 

- No puedo ir. _ La oji morada no pensaba acompañar a su hermana cuando tenía una misión con unos demonios. No le interesaba ir con su hermana hasta que... 

- Tiene que ver con nuestra mamá, y sólo TÚ puedes salvarla. 

- ¿Qué dijiste? Towa, no me estés haciendo bromas. 

- ¿Me crees capaz de jugar con la vida de nuestra madre? 

- Ohhh... 

- Mira, no sé por qué, pero tú eres la única que puede salvar a mamá. Sí yo pudiera hacerlo sola, no te estaría molestando. 

- ¿Quién te dijo que yo soy la única que puede? Es decir, ¿Por qué estas tan segura de ello? 

- Confía en mi, no te puedo decir de donde lo supe, pero pronto lo sabrás. 

- Tranquila, Setsuna. _ Habló el jefe de los exterminadores, pues ya había notado la desconfianza de la oji morada con respecto a ir al Árbol Sagrado. _ Nosotros podremos con la misión, tu ve a dónde te indique Toda. Después de todo son hermanas, deben apoyarse y cuidarse. 

- Bueno, no me opondré más. Más vale que valga la pena, Towa. _ Frunció el seño, sin embargo la albina estaba feliz; tomó la mano de la castaña y corrieron hacia el lugar dónde se encontrarían con el pirata. 

El último nombrado había despertado ya, miró la mano que había compartido con la chica de tez blanca, ¡Ayyy Dios! Fue lo mejor que pudo sostener en mucho tiempo, su piel era tan suave, su hermosa cintura parecía moldeada por un ser de otro universo. Para él, ella era la chica más frágil y dulce que habría conocido en su larga y aburrida vida. 

Al salir un poco de sus pensamientos, se percató de que su señora estaba llegando, ¿Por qué había salido tan temprano? ¿Ahora con que fechoría saldría?

- Riku. _ Se dió cuenta de la presencia de peli rojo. _ Ven aquí, tengo un encargo para hacerte. _ Tramaba algo puesto que su ligera sonrisa la delataba. Al llegar el peli rojo vió que su señora tenía cuatro de las Perlas Arcoíris en sus manos: Naranja, morado, azul y verde. 

- ¿En que le puedo ayudar, mi señora? 

- Quiero que cuides con tu vida estas perlas. 

- Mi señora pero, ¿No que no quería volver a tenerlas en su poder? 

- La única forma de acabar con las princesas mitad demonio es recuperando mis poderes, será más fácil aplastarlas así como aplastar una mosca. _ Rió despacio, dándole en las manos las cuatro piedras preciosas a su sirviente, quien, tenía un semblante de preocupación y miedo. _ Confío en ti, Riku, si me traicionas, acabaré con tu vida. 

- Eso no me da temor, señora. 

- No me refiero a matarte a ti, Riku. _ Entre risas su presencia desapareció del lugar. 

- ☆ Viaje entre épocas a través de sueños.Where stories live. Discover now