Cap. 22 - Brindmise

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-"No empieces a compararte que son amores muy distintos y personas muuuuy distintas. Parece que alguien aquí tiene celos" contestaba la rubia picando a su amiga.

-"Bueno bueno basta ya de tanta chismería entre ustedes dos, que parecen chiquillas" dijo titi Lucy tratando de poner tregua entre las amigas.

-"Amiga, solo te diré una cosa, y es en serio" le dijo Naya a Luisita mirándola directamente. "Se que estos días no serán fáciles para ti porque se lo que has vivido con Amelia, pero quiero que sepas que voy a estar aquí para ti, para lo que sea, a la hora que sea, y si tienes que llorar, lloraremos juntas, vale? Aquí me tienes amiga, siempre" le dijo mientras se daban un abrazo que solo las verdaderas amigas, esas que van junto a ti en tu caminar, se saben dar.

-"Ustedes son mis niñas favoritas" dijo titi Lucy sumándose al abrazo. "Mi niña, voy preprarando las arepitas para que te las lleves, ok!"

-"Si, si, voy a enviarle un mensaje a Amelia para que no ordene nada. De una vez veo lo que está pendiente para que NO DIGAN que una anda desaparecida".

Luisita
Hola Amor❤️ no ordenes comida que te llevo sorpresita rica🤤🤤nos vemos horita, te quiero😘

Amelia
Hola Cariño!
Uyyyy que bueno que me dices porque iba a ordenar algo para las dos. No hay problema. Aquí te espero mi vida😘😘❤️‍🔥te quiero más

En lo que estaba la comida que se llevaría, Luisita fue a su oficina un momento a verificar la correspondencia, hechó un vistazo a las órdenes para firmar y pensar en un detalle para Amelia que la hiciera recordar su estadía en la isla y todo lo vivido.

El playlist del restaurant sonaba para los comensales.


Al escuchar esa canción, Luisita no pudo evitar volver a llorar, esta vez, a solas, en su intimidad, dejando que todo saliera.

Cada lágrima bajaba llena de recuerdos, del primer encuentro, el primer beso, esa mirada conectando, los abrazos, los te quieros, los cariño, los mi vida, su primer roce, sus caricias, su noche de amor, el despertar, el caminar juntas de la mano, sus conversaciones, los mimos... Se preguntaba cómo alguien en tan poco tiempo había acaparado todo pensamiento y sentimiento en ella. Cómo lo logró.

Y ahora, que pasará. Cómo vivirá con ese vacío. Cuánto la extrañará, cuánto se extrañarán. Se preguntaba si funcionará de verdad. Si luchará lo suficiente. Lucharán juntas? Viene duro...viene heavy.

-"Que sea lo que tenga que ser. No le daré más vueltas al asunto porque sino me volveré loca" se dijo para sí misma tratando autoconvencerse. Tomó un fuerte respiro, lo exhaló muy lento, se secó las lágrimas con las manos, y continuó firmando los documentos.

Amelia, en cambio, no se había dado la oportunidad de poder caer en sí y darse cuenta de lo que venía luego. Su mente estaba ocupada en como tener todo perfectamente arreglado para que esa última noche entre ellas fuera especial, inolvidable.

Y no es que no le importara, no. Es que ella es mucho más introvertida o se reprime a la hora de expresar sus sentimientos. Además, estaba un poco ansiosa por la situación que enfrentaría cuando llegara a su trabajo. Las pocas horas que podría dormir serían en el avión. Su mente corría a mil paralelamente, con Luisita y el trabajo.

Se dio un baño, empacó parte de sus cosas para así no tener que hacerlo luego y disfrutar más tiempo junto a Luisita, ordenó champange para la habitación, preparó un playlist de canciones para ambientar el momento, y fue al balcón de la habitación para respirar aire puro y contemplar el atardecer. Miraba a lo lejos, a la nada. Aunque la marea había subido un poco de nivel, el mar estaba tranquilo en general. Varias aves revoloteaban la costa.

Entre MaresWhere stories live. Discover now