Matrimonio Por Conveniencia [Stony]

XII

Desde que Tony había admitido su enamoramiento por Steve, había pasado ya un mes de cortejo discreto, aunque no tan discreto. Ahora pasaba al menos una hora diaria con el alfa, buscaba pasatiempos en común, descubriendo el gusto de Steve por cocinar, así que lo aprovechó y logró convencer al Rubio de enseñarle, cosa que en más de una ocasión había acabado con alguna cosa prendida en fuego, hasta que finalmente acabó con una regla de que Tony no podía ingresar a la cocina sin supervisión, pero no dejaron de practicar.

En otras ocasiones, el Omega le daba pequeños obsequios a Steve, ya que gracias a Bucky (que no había tardado en darse cuenta de su cortejo) sabía que le gustaba al Rubio, así que de vez en cuando le regalaba pinturas, brochas, lápices, etc. Aunque parecía que nada daba resultados, Steve agradecía los obsequios y la compañia, pero no más, no se veía interesado románticamente en el Omega, aquello lo frustraba, ¡¿por qué no se fijaba en él?! Ya había pasado un mes y no tenía resultados. Si bien su relación había mejorado, no pasaba de una... ¿Amistad?

No era un malagradecido, claro que le hacía felíz el avance que había conseguido, sin embargo, Steve parecía limitarse a tener algún tipo de amistad con él, no más, y eso le frustraba. ¿Algún día podría obtener amor de ese alfa? Era su esposo pero... no se sentía así, eso siempre fue claro, pero jamás había dolido, hasta ahora. Jamás había importado si no lo amaba, pero ahora quería ser amado.

Comenzaba a doler cuando Steve se molestaba y la indiferencia llegaba, antes no le importaba, simplemente lo ignoraba y seguía con su día, ahora ya no podía. Sentía que cada día su amor creía y con ello el dolor. Sabía que el rubio no lo hacía a propósito, es más, podría jurar que ni siquiera se imaginaba los sentimientos que tenía por él, pero saber aquello no lo hacía menos doloroso.

Ahora mismo se encontraba en el jardín, observando aquellas flores que tenían una bella historia, flores que eran importantes para Steve, ¿el también sería importante para el alfa? Le gustaba creer que sí, aunque una parte de él sabía perfectamente que no, que tal vez ni siquiera lo consideraba su amigo. Todo era tan frustrante.

— Se puede oler a kilómetros la tristeza. — escuchó detrás de él. Rápidamente giró listo para atacar, sin embargo, al ver a Bucky abandonó esa idea.

— ¿Qué quieres?

— Siempre tan amable. Es hora de tu entrenamiento. — Tony fruncio el ceño.

— Esto es innecesario. Ni siquiera me deja ir a misiones, ¿qué sentido tiene aprender a pelear? — respondió de brazos cruzados.

Bucky suspiró y tomó asiento junto al Omega. Tony se removió algo incómodo pero no dió indicios de querer distancia, así que Bucky sonrió, ya que el Omega generalmente detestaba que se le acercaran demasiado.

— Bueno, considerando que en todo este mes has demostrado aprender rápido, por hoy podemos dejarlo. — el alfa fijó su visita en Tony y borró su sonrisa, siendo reemplazada por una expresión de seriedad. — ¿Qué ocurre?

Tony apretó sus labios y negó con la cabeza. Le agradaba Bucky, pero no quería hablar de su frustración amorosa con él. Quería a Rhodes, el podría ayudarlo, pero no podía molestarlo sabiendo perfectamente que estaba ocupado con la Universidad.

— Entiendo, no hablaremos de eso entonces, ¿qué tal la Universidad?

— ¿Por qué quieres hablar conmigo? No es necesario, a menos que te paguen por ello o algo así.

Bucky sonrió con diversión pero inmediatamente negó. Claro que no le pagaban, simplemente le agradaba estar con Tony.

— Te debes sentir solo, y me agradas, así que cuando tengo tiempo te busco. Debe ser aburrido estar aquí.