Niñera -Creepypastas-

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Capítulo 6

‡‡ NIÑOS MUERTOS ‡‡

POV Narradora

—Si comes todo lo que hay en tu plato, te recompensare con algo delicioso— dijo la anciana sentada junto a la pequeña.

—¡Me terminaré todo abuela!

—Muy bien, y mientras disfrutas de tu premio. Te contaré una historia para que no vuelvas a salir sola por las noches— sonrió la mujer mayor caminando hacia un estante alto en su cocina. Del cual retiró una caja de galletas.

—Me gustan las historias de terror— comentó la pequeña dando un último bocado a las verduras de su plato.

—Mmm ¿enserio?, entonces está historia te causará más fascinación que miedo cariño— soltó una discreta risa al comentario de la pequeña.

Colocando la caja de galletas sobre la mesa y retomando su asiento, la anciana prosiguió a contar la historia que tenía preparada.

—Pequeña, has escuchado hablar de aquel hombre alto, de apariencia delgada y sin rostro, de nombre "Slenderman"?

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POV Esmeralda

—¡Te encontré!— dije sorprendiendo a Lazari escondida detrás de la pila de madera detrás de la mansión.

Regresé con ella al jardín donde nos esperaba Sally jugando con su oso de peluche.

—Juguemos una vez más— opinó Lazari tomando mi mano para volver al sitio de conteo.

—Solo denme unos minutos para descansar— respondí sentándome en una silla de madera junto a Sally.

Aún no entendía cómo seguían con tanta energía después de jugar por casi toda la mañana. Ni siquiera me había tomado el tiempo para preocuparme por la tetera rota y mi tobillo que comenzaba a molestarme.

Ambas parecían entender y se pusieron a jugar con el oso de Sally y algunas flores que habían encontrado en los alrededores. Mientras yo descansaba, observé la mansión y a una figura infantil que se asomaba por una de las ventanas.

—Oigan, ¿hay otra niña en la mansión?— pregunté curiosa interrumpiendo su diversión.

—Somos muchos de nosotros— respondió el oso de peluche utilizando la voz de Sally.

*Creí que sólo serían ellas. Debí pedir más información cuando "acepte" el trabajo* pensé

—Mmm— me levante de mi asiento

—¿A dónde vas?— preguntó Lazari

—Iré a preguntarle si quiere unirse— respondí con una sonrisa caminando en dirección a la mansión. —Esperen aquí, no tardaré.

Me aproxime a la entrada y me dispuse a subir las escaleras, donde me topé cara a cara con la chica del reloj. Aún me parecía algo sorprendente cómo había podido incrustarlo en una de sus cuencas.

—¿Qué tal?— saludo con un tono algo juguetón y maduro en su voz.

—Hola, disculpa, me sorprendiste un poco— dije algo avergonzada ya que no pude contener ese pequeño salto sorpresivo que me había provocado.

—Jaja no hay problema— rió con algo de gracia —¿No estabas con las niñas?— interrogó al verme sola.

—Si, bueno. Me pareció ver a otra pequeña por la ventana— dije algo dudosa.