19. Nowhere to Go

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"¿Por qué esto siempre tiene que pasarme a mí?
Debí haberlo sabido"

Alexandra

Saliendo del trabajo voy a visitar a mi madre y hermana, pero solo encuentro a la última en casa. Sophie me dice que mamá tuvo que quedarse en el trabajo a doblar turno y que saldrá tarde, así que me dedico a ayudar a mi hermana a preparar la cena. Ambas comemos mientras ella me cuenta cómo le está yendo en su nuevo empleo y lo bien que lleva sus estudios.

Recojo la mesa con ayuda de Sophie y decido darme una ducha aquí para solo llegar al departamento e ir directo a dormir.

Mi hermana me presta ropa y una de sus tantas sudaderas. Los pies me duelen demasiado como para usar tacones nuevamente, así que Sophie dice que puedo usar sus zapatillas deportivas y que puedo devolvérselas después.

Paso al menos unos cinco minutos buscando las dichosas zapatillas entre todo el desastre de su habitación y no hay nada. Si algo tenemos en común, es que las dos somos tan desordenadas.

El timbre suena, pero no le doy mayor importancia porque mi madre avisó que se había dejado las llaves. Otra vez.

De todas formas, nadie tiene por qué visitar a mi familia.

Si pudiera regresar el tiempo, me regañaría por haber asumido semejante barbaridad...

Me devuelvo a la puerta de la habitación y llamo a Sophie para que venga a decirme en dónde están sus dichosos tenis. Escucho un murmullo de voces, así que asumo que probablemente está enfrascada en su conversación con mamá y que por eso no me responde.

Sigo removiendo las prendas del suelo hasta que los encuentro debajo una pila de ropa sucia. ¡Al fin! Me calzo el primero y mientras hago lo mismo con el segundo, avanzo por el pasillo cuando los murmullos se convierten en gritos y jadeos.

Mi cuerpo se tensa y se pone en alerta por instinto. Todos mis miedos se disparan y temo por lo que sea que esté sucediendo en el piso de abajo.

Me asomo por el barandal para ver qué es todo ese escándalo y los ojos se me quieren salir de las órbitas cuando veo el panorama que se desarrolla ante mí.

Mi hermana está en el suelo y dos adolescentes tratan con todas sus fuerzas de retenerla ahí. Reconozco a una de ellas porque la conocí hace poco: Skyler. Un tercero mira la escena y el corazón se me va a los pies cuando me doy cuenta de que es Oliver.

Mi nivel de estupefacción es tal que me quedo pasmada en mi lugar devolviéndole la mirada aterrada a Sophie, quien silenciosamente me insta a moverme.

—¡Corre! —grita Sophie al ver que no he movido un solo dedo para evitar ser descubierta.

Sin perder tiempo, me doy la vuelta y comienzo a correr por la casa. Estoy tan apurada por salir de aquí que termino subiendo las próximas escaleras que veo. Divago por los pasillos como si no conociera mi propia casa, mientras escucho las fuertes pisadas de Oliver detrás de mí.

Los nervios me traicionan y termino encerrándome en la única habitación que tiene el cerrojo dañado. Maldigo un millón de veces cuando me percato de ello. Mi mente trabaja a mil por hora, por lo que en cuestión de segundos, empujo uno de los muebles de la habitación y lo uso para impedir que Oliver pueda abrir la puerta.

Ansiosa, corro de un lado a otro por toda la habitación. ¿Qué hago, qué hago?

Estoy atrapada. No hay salida.

El primer golpe contra la puerta me hace dar un brinco del susto en mi lugar. Instintivamente, levanto una mano y la apoyo sobre mi pecho que late a toda prisa.

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⏰ Last updated: Aug 08, 2022 ⏰

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