10. No Ordinary Love

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"Estoy tan asustada de admitir que eres real
Porque estoy aterrada de lo que pueda sentir."

10 de enero, 2019

Alexandra

Me planto en el umbral de la puerta y golpeo un par de veces mis nudillos contra la puerta que se encuentra abierta. Williams Jr. se encuentra detrás de su escritorio.

—Espera un segundo —murmura, alejando el teléfono de su oído y me mira—. Señorita Gaskell, estoy en medio de una llamada importante, deje el recado con mi secretaria, por favor.

Dice todo eso de manera rápida y en un tono calmado. Al ver que no me muevo, me da una mirada apremiante para que desaparezca de su vista.

Bueno, parece ser que el hijo de mi jefe está en sus días. Jodido gruñón.

—La señorita Murphy no está en su puesto de trabajo, por eso estoy aquí —hago una pausa fingiendo pensar y cuando creo que está a punto de sufrir un colapso, añado—: señor.

No me pasa desapercibido el resoplido que escapa de sus labios y el gesto de frustración al pasar su mano libre por su ya desordenado cabello. Dice algo entre dientes y en un tono tan bajo, que lo único que logro captar es una maldición seguida del apellido de la secretaria estrella alias Murphy.

No puedo evitar preguntarme, ¿tan rápido Murphy está dando problemas? Ese pensamiento solo me hace regocijar por dentro. Que sufra.

Él recarga su espalda contra el cuero de su silla.

—¿En qué puedo ayudarla, Gaskell?

—El contrato de la nueva campaña está terminado y mi jefe me pidió que lo trajera para que lo revisara y firmara —esbozo una sonrisa tan falsa como las tetas de Nicki Minaj.

Él asiente y mueve su dedo índice repetidas veces en una clara invitación para que entre a la oficina. Cuando me acerco lo suficiente al escritorio donde él se encuentra, me hace una seña para que tome asiento frente a él y me dice que espere un minuto para después reanudar su llamada.

Por todas las galaxias, ¡qué suerte la mía tener que permanecer aquí quién sabe cuánto tiempo escuchando su aburrida conversación!

Decido permanecer de pie solo para llevarle la contraria y tamborileo con impaciencia mis uñas sobre el respaldo del sofá de una plaza. Noto que el movimiento le molesta y como no pienso perder mi oportunidad de molestar, continúo haciéndolo.

No pasan ni dos minutos cuando Williams Jr. se pone de pie tan abruptamente que logra sobresaltarme.

—De acuerdo, estaré allí en un minuto —masculla y finaliza la llamada para después dirigirse a mí—. Gaskell, necesito atender un asunto con urgencia. No me tomará más de cinco minutos. Por favor, tome asiento mientras tanto.

Ni siquiera espera mi respuesta, simplemente pasa a mi lado dejando un rastro de su perfume costoso y embriagador en el aire.

Maravilloso, espléndido.

Me inclino lo suficiente hacia el escritorio de cristal para dejar caer la carpeta que contiene el contrato y miro a mi alrededor.

Mis tacones resuenan en el piso de madera mientras camino examinando el lugar. La oficina tiene un aspecto minimalista. Tiene simplemente lo justo y necesario, a diferencia de la de su padre.

La oficina consta de tres paredes blancas y un ventanal que va del suelo al techo. Dos de las paredes están completamente desnudas y la última tiene diplomas y reconocimientos del ogro que no me molesto en mirar. El escritorio de cristal donde reposa el monitor y teclado de una computadora está ubicado cerca del ventanal, y en la pared posterior hay un par de repisas negras con libros de distintos tamaños. También hay unos sillones de terciopelo en forma de L con una pequeña mesa de centro y a un lado de estos, hay un pequeño bar donde alcanzo a ver una botella de whisky destapada sobre la encimera.

Chained to youWhere stories live. Discover now