Yandere (Obisaku)

4. DESEO

Lentamente abrió sus ojos y pudo ver un rostro conocido - Sakura - dijo casi un susurro mientras lentamente se removía en su sitio.

- Has pasado una mala noche - dijo la voz femenina - tuviste mucha fiebre, debe ser porque sueles dormir medio desnudo y pescaste algún resfriado - explicaba la pelirosa, a Obito le causo un poco de gracia el análisis de la muchacha

- ¿te parece gracioso? - pregunto molesta mientras lo veía sonreír.

- Para nada - respondió mientras la miraba con atención, noto el cansancio debajo de sus lindos ojos verdes, dedujo inmediatamente que ella cuido de él .

- Me da gusto ahora me dirijas la palabra - explico, Sakura inmediatamente se cruzó de brazos, era verdad que ella nunca le dirigía la palabra, sin embargo, había olvidado su indiferencia por estar en su rol de profesional médico, al menos esa categoría la libraba de cualquier intento de mal entender su preocupación hacia él. Ella solo actuaba como profesional.

- Gracias por cuidarme - la voz de Obito era suave y amable, eso molesto a la pelirosa, esas actitudes no le facilitaban su misión de odiarlo. No respondió al agradecimiento.

- Voy a tomarte la temperatura, solo para cerciorarme - dijo mientras se acercaba a Obito, apoyo su mano en la frente del hombre y verifico que la temperatura estaba dentro de la normalidad

- Ya estás bien - dijo sin apartar su mano de la frente del Uchiha, sin darse cuenta su rostro estaba a la misma altura que el de Obito.

- Tus manos son muy suaves - Sakura de inmediato se sobresaltó al elogio del Uchiha, causando un leve rubor en su rostro y de sopetón dio cuenta que estaba muy cerca del rostro de Obito. Instintivamente se alejó e inmediatamente frunció el ceño. Estaba molesta, pero con ella misma por estar comportándose como una tonta, solo esperaba que Obito no se diera cuenta de su nerviosismo.

- Creo que me levantaré, ya me siento mejor - anunció el Uchiha. Sakura solo asintió en su lugar.

Obito, ya había recobrado fuerzas. Decidió ir a dar un paseo por el pueblo no sin antes preguntar, como solía hacer, a Sakura si deseaba acompañarlo, ella se negó.

- Espero me puedas acompañar, podríamos entrenar juntos - propuso Obito captando la atención de Sakura.

- Si, creo ... que eso estaría bien - Desde que había llegado a ese lugar se había mantenido encerrada en esa casa, necesitaba entrenar su cuerpo y de esa forma también podría tomar aire fresco, aunque sea junto a Obito, el no le permitía salir sola, el debía estar junto a ella, era enfático con esa regla.

Sakura se quedó en casa, nuevamente, sentada bebiendo té verde mientras observaba por la ventana como era usual, ya había terminado el libro de aves y se sentía aburrida. Estar encerrada le estaba pasando la cuenta, es cierto que Obito le había extendido la invitación de salir en varias ocasiones, pero no quería salir con él, quería evitar pasar tiempo junto al Uchiha, además había empezado a cuestionarse porque ya no le resultaba tan desagradable mirarlo.

Se levantó de su silla y tomo la iniciativa de salir de casa, ella misma ir a dar una vuelta, sola. Sería un momento solo a tomar aire.

El pueblo no era muy grande, pero tenía lo justo y necesario; tienda de ropa, almacenes de comida, un pequeño restaurante, diferentes tiendas a menor escala a lo que ella acostumbraba en Konoha, la gente parecía ser agradable. Siguió avanzando y sin darse cuenta ya estaba saliendo del pueblo, no le dio importancia, en el camino se veía un bosque frondoso que llamo su atención y se internó en él.

- Justo lo que pensaba - Sakura, sonrió para sí misma, había captado algunas hierbas que ella solía ocupar para hacer ungüentos y medicinas. Se dedico a recolectar material, se tomó todo el tiempo del mundo, había pasado tiempo que no tomaba aire fresco, sentir las hierbas entre sus manos, palpar la humedad del suelo. Estaba relajada, sin darse cuenta ya había comenzado a oscurecer.