31 curitas al corazón

🍭Cap.12》Promise rings

—"Me encantaría pasar una extraordinaria tarde a su lado."
"Haber pasado mi tiempo con usted fue totalmente excepcional."
"Debo admitir que fue de mi agrado su grata compañía."
¡Ugh! Esto apesta.

Decia el argentino rodando sus ojos, había comprado un pequeño libro sobre modales y etiqueta, ya que, aún se dignaba a aprender ciertos comportamientos para caerle bien a los padres de su novio, aunque...todo le era tan estúpidamente robotico y sin emoción que le parecía aburrido y sin sentido alguno.

Suspiró pesadamente tomando de su malteada, estaba en una linda y elegante cafetería que el canadiense le había invitado pero...tras una llamada tuvo que ausentarse, se suponía que solo serían unos minutos pero ya había pasado un poco más de media hora.

A Argentina no le disgustaba o incomodaba la ausencia de su novio, a ese punto Canadá le había hablado y explicado perfectamente que eran motivos de trabajo, que incluso a él mismo le molestaba por interrumpir sus horas libres.

Claro que, el menor aprovechaba cierta ausencia para pedir postres y bebidas de su interés, ya que, con el paso de los meses, y con la insistencia del mayor, había aprendido a tener la confianza suficiente para pedir lo que quisiera comer en esas pequeñas citas.

—Mh~...que nombre raro para una malteada pero sabes tan ric-

—¡Hey! Pero que tenemos aquí, ¿No eres tu el chico que fue al baile? ¡Si! Por Dios, casi no te reconozco.

Argentina levantó la mirada al oír la voz de alguien hablándole, topandose con un radiante y extravagante hombre de rasgos gringos, levantó una de sus cejas al ver como éste se sentaba frente suyo, acomodandose sus elegante traje con una coqueta sonrisa mientras se cruzaba de piernas.

—Me llamo USA, el mejor amigo de Canadá, y tu eras...ehm...Argenta ¿No?.

—Argentina.

—¡Oh! Claro, perdón, no suelo recordar nombres tan..ehm...¿Cómo decirlo sin que suene clasista?, ¡Ah!, personas comunes.

El menor frunció el ceño ante su comentario, acomodandose en su sillón, no conocía a aquel hombre pero sabía que debía tratarlo con cierto respeto si era tan cercano a su novio para no hacerlo quedar mal.

—No hay problema, yo tampoco recuerdo bien los nombres.

—Entiendo, entiendo, bueno, yo solo pasaba por aquí para pedir un café pero...ya que te encontré me encantaría saber con la clase de chico que Canadá esta saliendo.

El latino, al oír aquel comentario guardó con disimulo su libro detrás suyo, agarrando su malteada para beberla un poco ya que...no podía dejar de pensar.

Si se suponía que era su mejor amigo, entonces, ¿Por qué él canadiense no le habló sobre el? ¿Acaso le daba vergüenza decir que salía con un pobre latino?...

Trató de no pensar en ello, que tal vez había otros motivos del por qué aquel norteamericano no sabía casi de su existencia.

—Para ser sinceros me parece cruel por parte de Canadá jugar así contigo, el estaba comprometido con una hermosa francesa de alta clase. Cuando me dijeron que fue con un chico al baile, se armó todo un escándalo, ¡Incluso sus padres lo desheredaron! Y todo por intentar ser rebelde, aunque....